martes, 26 de enero de 2010

¡QUE LA PATRIA HONRE A HÉROES EN SU DÍA!

"Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la patria". Juan Pablo Duarte.



En el país se ha impuesto la Ley 139-07 que cambia la celebración de días feriados, incluidos aquellos que coinciden con la celebración de algunas fechas patria. Esta medida afecta considerablemente el impacto emocional de las conmemoraciones e incide negativamente en el comportamiento cívico de la ciudadanía.

Hoy se habla del preocupante déficit de civismo que afecta a la sociedad dominicana, especialmente a su juventud. A esta falla se le atribuyen mucho de los malos comportamientos que hoy nos perturban. Superar esas debilidades debe ser uno de los retos fundamentales de la familia, la escuela, el Estado y las instituciones políticas y sociales. Es necesario por tanto devolverle a las celebraciones patrias su valor, su brillo y su esplendor.

Los pueblos construyen su historia a fuerza de desvelos y sacrificios de la gente que en los momentos cruciales asumen la responsabilidad de colocar los intereses de la patria por encimas de las apetencias personales. Esos hombres y mujeres visionarios, abnegados, y comprometidos, son los que iluminan las sendas del porvenir. Su memoria debe ser respetada, emulada, reverenciada y socializada.

Asumir el respeto a los símbolos patrios, a los héroes nacionales, a las manifestaciones culturales, a la naturaleza, a los derechos humanos en sentido general es parte fundamental del culto civil en mejor sentido rouseneano. El ginebrino Jean Jacque Rouseau defendió siempre la idea de inculcar, lo que él denominó religión civil en la ciudadanía. Es evidente que la sociedad del Siglo XXI requiere reforzar la cultura cívica. Resaltar y celebrar las fechas patrias, cuando corresponde, contribuyen con ese noble propósito.

Aunque la Ley 139-97 respeta la fecha de proclamación de Independencia Nacional y la Restauración de la República, afecta fechas como el natalicio de los Padres de la Patria, el Día de la Constitución el 6 de noviembre de 1844, entre otros. Respeta sin embargo, la mayoría de las fechas de origen religioso, algo legítimo pero se debe respetar por igual la autenticidad de las celebraciones cívico-patrióticas.

Esta normativa no tiene razón de ser. No influye en el aumento de la productividad ni elimina los famosos “puentes”. La práctica demuestra que se crea una gran distracción, tanto en el día que se celebra como en la fecha real de la conmemoración. En términos práctico se celebran 2 días, especialmente cuando la fecha cae en días laborable. Esto tiene un impacto negativo en la sociedad por lo que muchos sectores ligados al mundo académico e intelectual, han reclamado la derogación de la normativa y el respeto a las celebraciones patrias.

El patriotismo como sentimiento sano por los valores y símbolo patrios se alimenta con el ejemplo de los héroes y heroínas que dedicaron sus vidas a la constitución de una cultura cívica comprometida en la defensa de la dominicanidad. Honrar, honra; y honrar los símbolos patrios es un deber de quisqueyanos y quisqueyanas.
Vivir sin Patria es lo mismo que vivir sin honor, sentenció el patricio Juan Pablo Duarte. Más elocuente no podía ser dado su alto grado de compromiso cabeza de los padres fundadores de la República Dominicana ¿Por qué trastocar la fecha de celebración de su natalicio? Enmendar ese error es una necesidad. Colocar en su justo lugar a los héroes nacionales, es por tanto, un acto de legítima justicia.

Recordar y reivindicar su memoria es una obligación de gobernantes y gobernados que pasa por el respeto a las fechas en que se fundamenta el patriotismo dominicano, así como cualquier conmemoración que permita el afianzamiento de la cultura cívica.
Fabián Díaz Casado.26 de enero de 2010

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