lunes, 29 de diciembre de 2014

SAN JOSÉ DE OCOA EN PERSPECTIVAS.

¡San José de Ocoa tiene que dar muestras contundentes del orgullo, solidaridad y capacidad de trabajo que exhibe su gente!

La República Dominicana ha ido cambiando aceleradamente, movido por el desarrollo científico-técnico de los últimos 25 años, especialmente en el sector servicio, con énfasis en la telecomunicaciones y la provincia de San José de Ocoa no es ni puede ser la excepción, a pesar de las falencias y rezagos que se aprecian.

El impacto del modernismo se aprecia tímidamente en ya que no se ha traducido en la superación de los problemas de marginalidad y exclusión social que caracterizó a la sociedad dominicana de finales de Siglo XX. Claro, el pueblo no es el mismo de antes y tiene amplias oportunidades de afianzarse como potencia turística y productiva. Lógicamente, eso depende de la capacidad de su liderazgo para asumir los retos e imponerse a los desafíos del Siglo XXI.

De lo que fue una pujante economía rural basada en la producción de café, papas y hortalizas hemos pasado al cultivo bajo ambientes controlados (invernadero), una modalidad altamente rentable pero inalcanzable para los pequeños y medianos productores. Se requiere un equilibrio entre ambas modalidades para evitar el ensanchamiento de la pobreza.

El expolio continuo de la pobreza y la exclusión social, sumado al deterioro de las condiciones de vida en las zonas rurales, empujan la emigración a los centros urbanos, impactando fuertemente en la calidad de los servicios y aumentando la vulnerabilidad en las zonas periféricas. La gente sufre y se deprime por falta de oportunidades para echar a caminar sus sueños y explotar sus capacidades.

Causas diversas explican y fundamentan esa realidad y obligan al liderazgo, político, social, religioso y cultural a buscar estrategias de desarrollo integral que se traduzcan en una estrategia articulada e inclusiva. Superar esos rezagos implica una esfuerzo coordinado y un compromiso sustentado en la participación de la gente en los espacios de toma de decisiones.

San José de Ocoa necesita con urgencia recomponer su entramado institucional para enfrentar el deterioro progresivo de los recursos naturales, el desempleo, el incremento de la delincuencia, el abandono del campo, la baja calidad de los servicios, la violencia, la inseguridad ciudadana, la degradación moral y cívica, así como la debilidad institucional y el debilitamiento del capital social.

Basta mirar los cauces ruinosos de los ríos Ocoa y Nizao para tener una muestra de la magnitud del reto en materia medioambiental que tiene la provincia. En menos de 30 años, esas preciadas fuentes de riquezas y belleza natural han sido degradadas a su mínima expresión. Tanto las causas como los causantes son conocidos. Preocupa la falta de políticas de protección a los afluentes que nutren esos ríos. Ser indiferentes, ante esta triste realidad y ver como desaparecen las aguas no hace cómplices de este crimen atroz.

Conformarse con los escasos avances que se aprecian en materia tecnológica, urbanística, transporte o telecomunicaciones y no mirar el abismo que nos espera no se corresponde con las expectativas de un pueblo que siempre aspira a más. Hay superar los escollos y plantear las perspectivas de cara a los retos que se encaran.

Habrá que superar muchas debilidades, incluyendo al clientelismo y el paternalismo para imponerse a los retos y desafíos que exigen las circunstancias, así como para instaurar una cultura política basada en respeto a la dignidad de la gente y que potencie las capacidades creativas de la comunidad ocoeña, tanto dentro como fuera de la provincia.

No basta con discursos politiqueros y de autobombo, cuando la realidad deja ver los andrajos y jirones desgastados que ha dejado la rutina politiquera. Dicho con la expresión del pueblo: "tamo hecho leña y recomendao pa carbón; tamo hecho tiras". ¡San José de Ocoa tiene que dar muestras contundentes del orgullo, solidaridad y capacidad de trabajo que exhibe su gente!

Es tiempo de repensar las prácticas políticas y culturales que han traído los males anteriormente descritos. Cómo enfrentarlo debiera ser la prioridad, tanto de las autoridades como del resto del liderazgo. No hay espacio para excusas y no actuar; tampoco para la indiferencia y la politiquería barata ¡Es tiempo de actuar crítica y positivamente a favor del desarrollo integral de la gran familia ocoeña!