lunes, 20 de julio de 2020

BIGOTE, KALICHE Y TARUGO.


En un viejo garaje abandonada del Barrio Felino vivían dos gatos junto a parte de su familia. Eran Bigote y Kaliche, viejos amigos. Compartían casi todo, Comida, techo y travesuras, Un buen día se propusieron tentar al Tarugo, un perro rebelde que era el azote de los gatos de la barriada. Bigote, un viejo gato guerrero, sensato y precavido y el Kaliche; joven, inexperto y arrogante. Un buen día decidieron echar a caminar su arriesgado plan para probar su inteligencia gatuna desafiando el coraje y el olfato del bravo Tarugo.

Bigote, un veterano prudente y sensato, solo buscaba ganarse la amistad del peor enemigo de los gatos, el altanero y arrogante Kaliche salió decidido a cumplir su promesa. Él decía que podía pasar sin que Tarugo se percatara y en caso de ser descubierta contaba con habilidades de corredor y trepador entrenado. Emprendió la marcha hasta ubicar a Tarugo descansando debajo de una mata de almendras, próximo a su casa.

Al pasar frente al perro, ya este había olfateado al osado felino el altanero, justo al pasar soltó un fuerte ladrido que hizo que el arrogante se disparara como un resorte y prepara a un poste del tendido eléctrico. Tarugo, el perro callejero plantó guardia por el día entero.

Luego de una larga espera y preocupado la tardanza de su amigo Kaliche, Bigote decidió salir a buscarlo. Caminó y caminó hasta que escuchó el ladrido inconfundible y retador. Es era Tarugo, dijo Bigote.

Con sigilo se acercó para ver qué era lo que perseguía Tarugo. Levantó la cabeza y entre cables del tendido eléctrico, las líneas telefónicas y las ramas de una vieja caoba, acurrucado sobre el tubo de hierro que sostiene el semáforo, descubrió un cuerpo peludo y grisáceo que le era conocido. Encogido y temeroso; temblando de miedo, y a punto de saltar, apareció el arrogante y altanero Kaliche.

Bigote, al ver a su amigo en tan difícil situación y pensando en lo peor, se sorprende ante el inesperado hallazgo, la posición desafiante de Tarugo y el inusual comportamiento de Kaliche, dice gruñendo sumamente: ¿Qué pasó compa?, tranquilo, no pasa nada afirma Kaliche, paralizado de miedo. Abajo el rabioso gruñido soñoliento de Tarugo martillaba en la cabeza del temeroso Kaliche quien ante la insistencia de Bigote para que su amigo explicara lo ocurrido, tuvo que buscar fuerzas y argumentos para convencer a su preocupado amigo.

Kaliche sacó fuerzas y le dijo: compai Bigote, estoy limpiando el semáforo. He conseguido un trabajito en ayuntamiento para limpiar y acondicionar los semáforos. El Tarugo es el supervisor y responsable de cuidarme mientras hago mi trabajo. Eso sí, no haga ruido, porque se despierta, y bien sabe usted, como es de malhumorado el Tarugo, afirma Kaliche con suave gruñido.

Bigote asume como un chiste la ingeniosa respuesta de su buen compañero, pero le explica: entienda amigo Kaliche que la experiencia y la prudencia se imponen a la arrogancia y soltó una carcajada burlona que despertó al Tarugo, quien, percatado de la situación, se levantó rápidamente e inició una alocada carrera porque no sabía a qué gato perseguir.

Tarugo corrió y corrió hasta recorrer todas las calles del Barrio Felino hasta que de tanto correr se cansó. El belicoso Tarugo, burlado por la ingeniosa estrategia bien montada por Bigote y Kaliche decidió abandonar la persecución, calmar su odio y hacer las paces con Bigote y tolerar al arrogante Kaliche.

viernes, 3 de julio de 2020

PROYECCIONES PARA ELECCIONES DE JULIO 5, 2020.

"En cualquier proceso donde  se imponga el poder del dinero, se suplanten los principios éticos y valores morales  se degrada la práctica política  y se corrompe la democracia". FDC/2020.

Tras una larga, intensa, costosa y bien organizada campaña electoral, la República Dominicana vuelve a las urnas el 5 de julio para elegir al Presidente y Vicepresidente de la República, así como senadurías y diputaciones. Es un proceso que debió celebrarse en mayo pasado, pero dada la pandemia de coronavirus fue necesario mover la fecha del certamen comicial.

Luego de una campaña desarrollada en medio de varias declaratorias de Estado de Emergencia, por el Covid-19 que afecta al país, y donde las propuestas de gobierno presentadas por los candidatos obviaron mandatos constitucionales referentes a la Estrategia Nacional de Desarrollo.

Llama la atención que ninguno de los candidatos que van a las elecciones del 5 de julio hablen del modelo económico que implementarán, lo que deja claro que seguirán montado en el moribundo y perverso neoliberalismo que fomenta la pobreza, depreda lo público y ahonda la desigualdad. No obstante, puede decirse que la campaña fue más tranquila y organizada que en procesos anteriores.

Las encuestadoras mostraron su peor cara al presentar resultados y sondeos que distan mucho de las ciencias probabilísticas. La Ley 15-19 de Régimen Electoral da a la Junta Central Electoral facultades para regular su accionar pero esta vez no se vio ninguna acción al respecto. Los números generaron encendidos debates tanto en redes sociales como en los partidos políticos.

Que firmas encuestadoras mientan y manipulen a los electores debiera preocupar a quienes defienden la transparencia electoral y la calidad de la democracia. Pareciera que la zafra electoral produce un efecto narcótico que turba la razón de quienes se dedican al negocio de vender percepciones. Con ese telón de fondo vamos a las elecciones.

Las elecciones se efectúan con un sistema de doble vuelta, donde se requiere que el ganador alcance el 50% más un voto. Todo parece indicar que a pesar de lo que datos arrojados por varias encuestas, ninguna de las fuerzas contendientes pasaría en primera vuelta, dado que hay que dividir los votos entre 6. Haciendo cuentas partiendo del histórico electoral las cosas quedarían más o menos así:

      PRM               45-48 %.

      PLD                35-38 %

      FP                  16-10 %

      PAP                02-03 %

      Otros              01-01 %

      Abstención.     25-30 %

Ese resultado obliga a ir a Segunda Vuelta y ahí Dr. Leonel Fernández tiene las llaves para decidir. Muchas encuestas han dado ganador al Partido Revolucionario Moderno, otras tantas dan ganador al Partido de la Liberación Dominicana.

En caso de una segunda vuelta, el Dr. Leonel Fernández tiene la disyuntiva de suicidarse apoyando al Partido Revolucionario Moderno, PRM, y sus enemigos de Sociedad Civil o apoyar al Partido de la Liberación Dominicana, PLD para mantener vivo su proyecto político y prolongar su vigencia como líder.

El Dr. Leonel Fernández y su gente saben que de ayudar al Lic. Luis Abinader a llegar a la presidencia implicaría un suicidio político, las bases lo acusarían de traición y lo castigarán. Las alianzas pautadas en las elecciones municipales de marzo pasado, serían una pista para futuros alineamientos en segunda vuelta.

De ganar el Partido Revolucionario Moderno su tarea es destruir al Partido de Liberación Dominicana y neutralizar al proyecto político que lidera el Dr. Leonel Fernández Reina para consolidar su poder como partido en el gobierno.

En el Congreso Nacional el reparto de puestos hará difícil que una fuerza obtenga mayoría aplastante. Tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados ingresarán nuevos miembros. Pese a eso, se acentúa el predominio del conservadurismo y la calidad de la representación es un tema al que habrá que prestar atención.

Las fuerzas progresistas que han abandonado el proyecto y se han plegado perderán aunque ganen, porque no tienen programa propio, salvo el caso de Alianza País que pudiera mantener su vigencia a pesar de sus zigzagueos ideológicos.

Organizaciones Políticas y Junta Central Electoral han comprometido el futuro de la democracia dominicana al permitir que dinero sucio compre candidaturas, cargos y auspicie campañas electorales. La falta de controles es evidente. ¿Puede competir gente honesta en procesos donde se impone el dinero?

Así las cosas de cara a julio 2020 en República Dominicana. Es un proceso de alto interés para la debilitada democracia dominicana y el desacreditado sistema político. Es un proceso donde las derechas se ponen a pruebas, ya que son juez y árbitros.

El sufragio emitido en las urnas dirá quién acertó en los pronósticos y proyecciones. El pueblo pueblo ha visto como el poder del dinero ha suplantado a liderazgos que bien pudieran ser el faro que les guíe pero ante las debilidades institucionales de la Junta Central Electoral para aplicar la normativa y la irresponsabilidad del liderazgo político han cerrado las puertas a gente con vocación, solvencia moral y capacidad para servir al país.

Queda esperar que al margen de cualquier resultado, la voluntad popular expresada en las urnas sea respetada y que se preserven los derechos civiles y políticos del pueblo dominicano. La democracia dominicana no resistiría otro encontronazo con la transparencia y la legitimidad.

Es una elección más entre las tantas que ha tenido el país, después de la última gran crisis política de 1994, pero las fuerzas e interese enfrentados han polarizado de tal forma, que pareciera que ninguno está en disposición de perder. Persiste el fantasma de que  aquí, "el que no gana arrebata", así como las preocupaciones por los fraudes electorales sigue presente en el imaginario colectivo.

Segunda o Primera Vuelta, la gente que milita, simpatiza o vota por esas fuerzas merece respeto y consideración del liderazgo político. Fracasar ahora abriría compuertas que luego sería difícil cerrar. Gane quien gane se debe entender que el contexto y la coyuntura actual exige compromiso y responsabilidad de quienes se alimentan del erario a través de las organizaciones políticas.

Las fuerzas revolucionarias deben iniciar la acción organizativa y reflexión ideológica de cara al porvenir. Es evidente que pretender que aliados a derechas cuyo propósito es el poder por el poder, no es la ruta que deben seguir quienes aspiran a vivir en un mundo donde justicia social, cooperación y solidaridad sean normas, no excepciones.

Eso implica trabajo y compromiso construir una vanguardia revolucionaria que supere el tradicionalismo y eche a caminar las fuerzas liberadoras de las masas populares. Son esfuerzos que deben ser asumido con urgencia como forma de transformar el formalismo democrático electoralista en democracia funcional socialista.

Lo que viene es fuerte, dado que los resultados de las elecciones consolidarán el conservadurismo y afianzará el neoliberalismo en República Dominicana. Las propuestas exhibidas por quienes aspiran a dirigir el país apuntan en esa dirección.

Tras la culminación del proceso debe iniciarse un proceso de discusión entorno a las normativas político-electorales para evitar que dinero proveniente del crimen organizado y la corrupción compren partidos, cargos y financien campañas. Ese debate debe ser abierto y plural. Lo observado en la zafra electoral que concluye es suficiente para entender las amenazas que se ciernen contra el sistema político y la democracia electoral.

El "éxito de las elecciones" depende de la cooperación del liderazgo que gestiona las organizaciones políticas y la capacidad de la Junta Central Electoral. La Junta Central Electoral tiene gran reto: hacer que el liderazgo político entienda que solo habrá un ganador por cada cargo. Es la lógica del juego democrática.

Concluye una campaña permeada por acusaciones de infiltración del crimen organizado el la política, uso de los recursos del Estado y cuestionamientos a la Junta Central Electoral por su incapacidad de imponer la ley; así como insistentes llamados de las instituciones de fe, líderes de opinión, organizaciones de sociedad civil y del empresariado a que se respete la voluntad del electorado, se acepte el resultado que emita la JCE y se garantice la transparencia del proceso comicial. 

La suerte está echada para quienes tienen apuestas en este proceso comicial, fundamentado en un sistema de doble vuelta. Quien obtenga o supere el 50+1 en primera vuelta u obtenga mayoría simple en segunda vuelta será el ganador de la presidencia. En el ámbito municipal la cuestión es a mayoría simple.