miércoles, 13 de julio de 2016

LINEAS PARA EL REFORZAMIENTO DEL DEBATE POLÍTICO.

"En el complejo mundo político, como en la vida selvática, importa tanto la buena memoria del elefante líder como las habilidades de la manada para adaptarse y  sobrevivir". FDC/2016.

Se deben generar las condiciones para que el sistema político y sus componentes generen capacidades que le permitan organizar procesos electorales que sean confiables, ágiles, transparentes y los menos costosos posible. Esto pasa por establecimiento de mecanismos que hagan confiables e importantes cada una de las fases del proceso. Se debe partir de una buena selección de quienes se postulan. Las organizaciones políticas son y deben ser compromisarias en este esfuerzo.

Si las organizaciones políticas y su liderazgo insiste en desacreditar el sistema que le sirve de soporte y en el que anclan su accionar propician la corrosión de las bases institucionales de la débil democracia dominicana. Hay quienes detractan los partidos y agrupaciones políticas pero estos constituyen un elemento indispensable para los sistemas democráticos. 

Transformarlos y hacer de ellos espacio para el cultivo de ideas y el debate debiera ser una prioridad. Apostar a su debilitamiento, y peor aún, a su desaparición conmina a pensar en una democracia sin partidos. Hay debilidades y retrasos que deben ser superados pero la solución debe ser una respuesta en 3 niveles.

Para que la tecnología sea útil y aporten transparencia y agilidad, así como que contribuya al abaratamiento de los procesos electorales se deben crear las condiciones mínimas para garantizar su funcionamiento. Esto quedó evidenciado en las elecciones de mayo de 2016. Ojalá se aprenda la lección y se tomen los correctivos de lugar para evitar errores que generan tenciones y roces entre los actores del Sistema Político.

Aquí algunos elementos para enriquecer el impostergable debate que debe darse si se quieren superar una serie de rezagos que impiden el desarrollo político y la ciudadanización de la democracia funcional.

Reformar el Sistema Político-Electoral dominicano, mejorando y fortaleciendo su marco normativo, aprovechando el referente constitucional y ampliando las capacidades institucionales tanto de la Junta Central Electoral como del Tribunal Superior Electoral.

Modernizar el Sistema Político-Electoral, tanto desde la perspectiva de la gestión, como en los aspectos organizativos. Esto pasa por incorporación de herramientas y dispositivos tecnológicos que agilice, transparente el proceso de gestión y organización y que baje los costos operativos.

Es necesario establecer modalidades de voto electrónico, pasando por automatización del proceso de escrutinio votos, transmisión de resultados y la asignación de escaños. No se puede atribuir a la tecnología las fallas que origina la incapacidad del sistema para autogobernarse.

Establecer estrategias de captación de talentos y especialistas en área informática para crear un banco de conocimiento que den soporte a los sistemas informáticos. Las universidades e institutos pueden ser una buena cantera. Luego entrenar en uso u empoderamiento.

Es necesario trabajar en la definición, validación y aprobación de un método de conteo que haga más democrática la asignación de escaños. Se impone cambiar o adecuar el sistema utilizado que fue creado por el jurista belga Victord'Hondt en 1878.

Separar las elecciones en 3 niveles: presidencial, legislativa y municipal. Cada evento debe realizarse con una periodicidad de 2 años y en tiempos diferentes. El país debe avanzar hacia una modalidad de elecciones que acerque el cargo al entorno que representa.

Limitar la reelección a un período y nunca más para todos los cargos electos. Quien ocupe un cargo electivo solo tiene derecho a 2 períodos como máximo. Esto es válido para los niveles municipal, congresual y presidencial. Queda abierta la posibilidad de que se aspire a cualquier otro cargo bajo la misma lógica.

Se debe establecer el sistema de voto preferencial, tanto en el nivel municipal como en el congresual. Con esto se evitaría el arrastre, se rompe la tendencia a la reelección perpetua, se amplían las posibilidades de participación y se fomenta el cultivo del liderazgo local.

Establecer mecanismos institucionales que faciliten la depuración de los perfiles de candidaturas cuidando no lesionar el derecho a “elegir y ser elegido” que establece la Constitución de la República, (estableciendo una periodicidad de 6 meses antes de las elecciones).

Desarrollar las capacidades que permitan el aprovechamiento de las tecnologías de la información y la comunicación en todo el proceso de gestión política, tanto a lo interno de las organizaciones político-partidarias como de los entes que gestionan el proceso comicial.

Establecer reglas que permitan la depuración automática del subsistema de partidos para evitar la atomización del mismo. Una forma puede ser reglamentar que las alianzas y coaliciones se hagan en segunda vuelta para evitar que ciertos partidos se conviertan en trampolín o salva vida para ciertos grupos de interés que crean entidades a las que llamas partido político.

Evitar por todos los medios institucionales, que se vulnere el derecho de los miembros de las organizaciones políticas y fomentar las condiciones para que se respeten los procedimientos internos establecidos para la escogencias de precandidaturas.

Diseñar, reglamentar y aplicar dispositivos normativos para el financiamiento de las campañas políticas. Voltear la cara ante el triste espectáculo que hemos vivido es un acto irresponsable tanto para los partidos como para la sociedad.

Controlar y fijar límites al financiamiento privado, sea vía empresas o bien vía individual. Eso ayudaría cerrar el paso a la entrada de dinero sucio al Sistema Político y la compra de cargos.

Sancionar ejemplarmente el uso de los recursos del Estado, en todas sus expresiones en cualquier modalidad y nivel. Superar esa perversión, aplicando un régimen de consecuencias efectivo.

Fijar límites al gasto en campaña y establecer procedimientos funcionales para garantizar el acceso equitativo a los medios masivos de comunicación de todas las fuerzas políticas que tercien en una contienda por el poder.

Definir y tipificar categorías de Delitos Electorales y establecer las sanciones que desmotiven a su práctica e incentiven la sanción social y moral de esos delitos. Eso contribuye al adecentamiento de la práctica política e incentiva la participación de la gente.

Establecer procedimiento y requisitos para la inscripción y validación de candidaturas a cargos electivos. La Junta Central Electoral debe exigir que se presente la propuesta de gobierno al cargo al que se aspire, una declaración de no antecedentes penales, un perfil del postulante, una breve motivación y una declaración patrimonial.

Visualizar, socializar y trasparentar los procedimientos para incoar y canalizar quejas, reclamos e impugnación a los procesos, quiénes deben hacerlos y los tiempos establecidos.

Socializar los acuerdos previos que establecen los organismos electorales con los partidos participantes en las contiendas electorales y las consecuencias de sus incumplimientos. Con ejes transversales desde la ética, transparencia y la honestidad.

Establecer estrategias para ampliar la participación de la juventud y la mujer para liberar las energías y aprovechar el potencial transformador de esos sectores. Superar el perverso sistema de cuotas instituido.

Revisar las causas de la creciente abstención electoral y evitar por todos los medios institucionales que se imponga el “voto obligatorio”. No se puede endilgar al pueblo la incapacidad de las organizaciones políticas para encantar a la gente.

Promover la alfabetización política y la ciudadanización de la actividad política para contrarrestar la incursión y ascenso de sectores ajenos al interés nacional vía elección popular. Si la gente pierde el encanto en la política no participa y si no participa se estanca la democracia.

Establecer los procedimientos institucionales para garantizar que el derecho a elegir y ser elegido que tiene la ciudadanía prime por encima de cualquier otro interés o negociación partidaria.

La Reforma Política debe incluir la conformación de un congreso Unicameral. No es necesario que un país de 48 mil Km2 y menos de 10 millones de habitantes tenga un Congreso Bicameral con una matrícula que supera los 200 legisladores.

Diseñar y aplicar regímenes de consecuencias efectivos y funcionales tanto a las organizaciones políticas como quienes las integran. Los filtros institucionales deben incluir, entre otras cosas, el cumplimiento de la normativa y el apego a la ética como rasgo distintivo del quehacer político.

Las reformas política-electorales que se emprendan deben servir para avanzar en la transformación y fortalecimiento institucional del Estado dominicano. Esto implica una transformación del sistema, tanto desde la perspectiva normativa como operativa.

Hay que pensar seriamente en el establecimiento de la modalidad de Constituyente para para las reformas a la Carta Magna. Cerca de 40 Reformas Constitucionales no han sido suficiente para crear un Sistema Político que sirva de sustento institucional al desarrollo.

Sería importante definir y especificar las modalidades de voto, a saber, votos emitidos: voto válido, nulo, observado y voto en blanco. Incluir la opción de voto en blanco para quienes no están de acuerdo con la oferta electoral puede incrementar la participación y bajar la abstención. Actualmente se anula pero no debe ser. Hay que dar valor a esa expresión popular.

Se impone definir los fundamentos normativos del Juicio Político, así como las particularidades tanto del referendo y de las modalidades de plebiscito establecido en la Constitución.

Se deben establecer estrategias de socialización de los derechos civiles y políticos para avanzar en la construcción de una cultura política que de soporte al Sistema Político y refuerce los fundamentos del buen vivir.

¿Se conoce alguna experiencia de elección popular duradera e inclusiva fuera del Sistema de Partidos? ¿Se puede prescindir de los partidos políticos? ¿De qué forma se renovaría el liderazgo directivo del país si se prescinde de las organizaciones políticas? ¿Cómo hacer de la democracia representativa electoralista en un espacio funcional, participativo, útil y productivo? Aquí habrá, como en muchos casos, más preguntas que respuestas pero hay que abordarlas.

Es evidente que hay una largo camino por recorrer, escollos por superar y aspectos por mejorar para lograr una democracia que supere el formalismo democrático y genere las transformaciones sociales y políticas que necesita el país para colocarse en la línea del desarrollo inclusivo ¡Es tiempo de actuar!

LECCIONES DE LAS ELECCIONES 2016.

"Quienes por malicia, se empeñan en construir muros imaginarios para separar los caprichos de la razón, no impedirán el intenso resplandor de la verdad". FDC/2016.

La actividad política en República Dominicana ha fluctuado entre la esperanza, el avance, estancamiento y retroceso. Hay prácticas que se han hecho cultura y echado raíces en la psicología de la gente. Unas veces sirven para justificar actuaciones indecorosas otras para levantar banderas mesiánicas sostenidas por una masa amorfa de votantes que no valora el derecho a elegir y ser elegido.

Se pueden extraer varias lecciones de este capítulo. Una de ellas es que se debe transformar la estructura de poderes del Estado para incluir el Poder Electoral como forma de fortalecer las entidades reguladoras del sistema electoral. Ese proceso enseña que quienes se oponen la reelección presidencial apoyan y promueven la reelección en otros niveles. Esa contradicción evidente, obliga a los operarios del Sistema Político a calibrar los modelos propuestos y desarrollar métodos establezca reglas para todos los niveles.

Una forma a considerar sería que se permitan como máximos 2 períodos consecutivos para cada cargo electivos. Así se garantiza la movilidad y se activa la dinámica del Sistema Político y se incentiva el desarrollo del liderazgo. Otro aspecto que deja enseñanzas es el proceso de negociación de alianzas y acuerdos entre los partidos. Aquí la inobservancia a los procedimientos estipulados, tanto en los estatutos como en la Ley Electoral y su normativa complementaria.

Los procesos convencionales y asamblearios para seleccionar precandidaturas estuvieron plagado de irregularidades, muchas de las cuales generaron situaciones de violencia. Hubo muertos y heridos. Eso afecta al Sistema Político porque la gente se desinteresa y no participa en político. Ese espacio es ocupado por personas que no reúnen los perfiles mínimos para ser candidato o candidatas a un cargo electivo. Eso debe ser superado.

Vale destacar la importancia de novedades como el voto en casa, orientado a facilitar el ejercicio del derecho a elegir a personas con dificultad para movilizarse por enfermedad o edad. Se llevó hasta sus hogares el colegio electoral. Otras innovaciones trascendentes son “Mi Primer Voto”, el Acompañamiento Escolar Electoral, Mesa Auxiliar para Personas con Discapacidad. 

La conversión de los cargos en mercancía afectó la participación de quienes no podía pagar las sumas impuestas para participar, abriendo la puerta a la entrada de dinero sucio. Eso se confirma con la denuncia del Unidad Contra el Lavado de Activo que afirmó que por lo menos 20 candidatos tenían que ser investigado. Eso llama a establecer controles y condiciones para la aceptación de precandidaturas.

Hay una creencia generalizada que tanto en las precampaña como en las campañas ganaron quienes disponían de mayores cantidades de recursos. Esto es marcado sobre todo, en los partidos mayoritarios. Hay quienes afirman “que las elecciones dominicanas se han vuelto un mercado donde gana el más dinero suelta”.

Queda evidenciada la necesidad de trabajar en la codificación y actualización del marco normativo que rige al Sistema Político-electoral. Se entiende que una Ley de Partido ayuda a superar y a ordenar a los entes políticos. Otros piensan que creando un Código Electoral, que recoja todo el dispositivo reglamentario del sistema daría la respuesta a las demandas del Sistema Político. Hay quienes entienden que el asunto requiere una transformación de la cultura política.

El acentuado y recurrente clientelismo, en sus versiones macro, meso y micro, permea el quehacer político en el país pervirtiendo y desvirtuando la práctica política. Históricamente, las fuerzas que han detentado el poder político o han tenido una posición de gobierno, imponen e incentivan prácticas que están más cerca del clientelismo que de un modelo institucionalizado de políticas públicas.

Ese y otros desafíos colocan al Sistema Político dominicana en desventaja con respecto a las aspiraciones de transformación e institucionalización de la democracia funcional. Eso no niega esfuerzos loables para superar esos males pero el impacto, hasta el momento, ha sido neutro. El mal se extiende y se acentúa generando desconfianza e incertidumbre entre quienes optan por servir a la sociedad desde la Política.

La larga y tortuosa campaña que concluye es rica en lecciones y enseñanzas. La competencia por los cargos electivos generó tensiones, roces y conflictos que bien merecen ser analizados para aprender las lecciones, tanto negativas como positivas. Los sistemas que descuidan la calidad del liderazgo que lo gestiona tienden a desaparecer. Cerrar el paso a quienes hacen de la política un negocio debiera ser una prioridad en República Dominicana.

La cantidad de problemas que se han generado durante el escrutinio obliga los actores políticos e institucionales a empeñarse a fondo para evitar fallas semejantes en proceso futuros. Es vergonzoso que en la época de la información y la comunicación y siendo el país uno de los privilegiados en este sentido no disponga de un sistema que impida los problemas que padecemos.

Hay quienes han hecho brillar su incapacidad para asimilar las derrotas y otros quienes empeñados, en defender sus “conquistas” hacen el ridículo. Esas muestras de inmadurez e insensatez política dejan mal parado a quienes aspirar a servirle al país desde una curul en el congreso, una alcaldía o una regiduría.

Incluir dispositivos automatizados de escrutinio evita problemas tan elementales como la distorsión o anulación de resultados. Se torna imperativo desarrollar las estrategias que eviten los traumas que se generan por no tomar medidas apropiadas y oportunas. Hay quienes reniegan o no aceptar esas modalidades pero la ecuanimidad debe imponerse al momento de tratar estos asuntos.

Claro, se deben prever todas medidas que garanticen la eficiencias de los sistemas informáticos y para esto es imprescindible la conformación de equipos humanos especializados en la materia. Se debe asegurar que la gente seleccionada para tales fines cuente con todos los apoyos logísticos para desarrollar un trabajo excelente. Quienes se comprometan deben saber la responsabilidad que asumen frente a la JCE y la sociedad.

Sea cual sea la salida que se escoja debe tomar en cuenta la participación de la sociedad y sus instituciones para enriquecer una normativa de tanta trascendencia como la rige el Sistema Político. Ya se han establecido las bases institucionales y se ha adelantado el debate. Queda pendiente retomar el debate e incluir a los entes que pueden aportar al rediseño de las bases institucionales de la democracia dominicana.