viernes, 25 de noviembre de 2022

RETOS DE LA GESTIÓN INTEGRAL DE RESIDUOS SÓLIDOS INORGÁNICOS.


Desarrollar e impulsar una cultura de gestión de residuos sólidos que contribuya a la superación de concepciones basada en el “usa y tira “exige orientación, compromisos, recursos, responsabilidad, liderazgo y trabajo.

El abordaje de los temas vinculados a la protección del medio ambiente y los recursos naturales son de vital importancia para República Dominicana y tienen un vasto marco normativo. Sin embargo, el incumplimiento y la falta de seguimiento a la aplicación de éstas, impide el cumplimiento de los objetivos y fines para los que fueron creadas.

A pesar de los grandes retos del país y del alto impacto de la contaminación generada por la creciente cantidad de residuos sólidos que produce la sociedad, las estrategias de gestión son débiles y poco articuladas. Reorientar esos esfuerzos, implica diseñar e implementar acciones que fortalezcan la cultura cívica y refuercen los mecanismos de gestión de residuos sólidos en el país, partiendo de los mandatos normativos y las necesidades de la gente.

Para el caso específico de la gestión de residuos sólidos, la Ley 225-20 establece en su artículo 50 que Las instituciones educativas, a nivel primario y secundario, propiciarán la educación sobre reciclaje, aprovechamiento y valorización de los residuos desde las escuelas, para lo cual realizarán jornadas de acopio y aprovechamiento de cualquiera de los residuos valorizables que en su momento tengan mercado en el país”.

Partiendo de ese mandato y aprovechando los apoyos y coordinaciones que se pueden establecer desde los centros educativos, se procura desarrollar acciones para incorporar a estudiantes, docentes y autoridades en la gestión integral de los residuos sólidos inorgánicos (plástico, goma, madera tela, cartón o vidrio), que se producen en los centros educativos mediante jornadas y actividades cíclicas de sensibilización y motivación sobre el tema.

Conceptualizar es importante cuando de Gestión Integral de Residuos Sólidos Inorgánicos se trata. Eso ayuda a ubicar formas de fundamentar las características de las acciones que implican los procesos de gestión. Así podemos definir la cuestión como el conjunto de estrategias, políticas, acciones y actividades orientadas a facilitar la reducción, reúso y/o reciclaje de envases plásticos, cartón, vidrios, telas, madera o gomas utilizados para transportar o embalar productos de uso cotidiano.

Se define como residuo a todo material sólido, semisólido, líquido, cuyo generador o poseedor debe o requiere deshacerse de él, y que puede o debe ser valorizado y tratado responsablemente o, en su defecto, ser manejado o por sistemas de disposición final autorizados y operados conforme a lo dispuesto en esta ley y los instrumentos jurídicos que de la misma emanen.

Los residuos se convierten en basura cuando éste ha dejado de tener utilidad. Un ejemplo puede ser los envases de agroquímicos y otros productos tóxicos o contaminantes. El destino de estos materiales debe manejarse con criterio técnico y en lugares especiales. Otros materiales que no puede reciclarse deben ir directamente a depósitos y vertederos.

En esta reflexión asumiremos los criterios instituidos en la Ley de 225-20 para clasificar los residuos sólidos que establece dos tipos: Residuos no Valorizables y Residuos Orgánicos, estableciendo características específicas para cada uno. Además, señala otras subclasificaciones, atendiendo a criterios técnicos y al tipo de residuos.

Una buena parte de los residuos no se pueden aprovechar, ya sea porque pueden poner en riesgo la seguridad y la salud de las personas o afectar ecosistemas y no contamos con herramientas para un manejo adecuados de los mismos, o se desconocen las formas de aprovecharlos.

El ser humano produce residuos que requieren un tratamiento especial, como son los desechos hospitalarios e industriales, baterías u otros agentes contaminantes que mal gestionado representan serios peligros para la humanidad. Es necesario crear conciencia entre productores y generadores; así como crear infraestructura que garantice un tratamiento apropiados.

Los residuos que no provienen de la materia orgánica, sino que ha sido fabricada por el hombre reciben el nombre de residuos sólidos inorgánicos. En este grupo se incluyen el vidrio, metales, plásticos, neumáticos. Además, se puede incluir residuos de cosechas, borra de café, entre otros.

Hay residuos sólidos orgánicos que agrupan los biodegradables; tales como cáscaras de frutas o verduras, restos de comida, madera, cascarones de huevo, pan entre otros. El manejo y aprovechamiento para producir abonos adquiere relevancia para reducir el uso de agroquímicos y plaguicidas.

Reducir es minimizar el consumo de residuos conscientes del impacto de la cantidad de residuos que se producen se hace necesario la búsqueda de estrategias de gestión, que permitan una modificación en los hábitos o necesidades de consumo e impacten directamente en una reducción en la producción de residuos.

Reusar es volver a emplear o utilizar un recipiente o producto. En este sentido si un objeto es reutilizable, significa que después de haber sido empleado existe la posibilidad de aprovecharlo nuevamente. Dar nuevos usos y alargar la vida útil de un envase evita que aumente la contaminación. 

Reciclar es el proceso de recolección y transformación de materiales para convertirlos en nuevos productos, y que de otro modo serian desechados como basura. evitando así su incorrecta gestión la cual provoca contaminación por residuos.

Desarrollar una cultura de gestión de residuos es fundamental para contrarrestar la creciente producción de desperdicios en los centros urbanos. Reducir, reusar y reciclar constituyen una trilogía virtuosa que, sumada a otras Rs, sirven de fundamento a políticas que desarrollan entidades responsables de la recolección, reciclaje y disposición final de los residuos sólidos en el país.

Urge diseñar e implementar campañas de orientación sobre el impacto de los residuos sólidos, especialmente en los centros urbanos, industrias, clínicas y hospitales, agricultura e instituciones públicas. Elevar la cultura cívica es fundamental para evitar la contaminación de océanos, ríos, lagunas y cañadas.

Los males generados por la disposición inapropiada de residuos sólidos se agravan cada día por el incremento y proliferación de envases plásticos, desechos informáticos y las chatarras de vehículos. Los ayuntamientos deben trabajar, no solo para recoger los residuos y llevarlos a los denominados vertederos, sino en la orientación de la gente para que aprenda a reciclar y clasificar los desperdicios que produce.

Desarrollar una infraestructura para recolectar, reciclar y clasificar la basura implica cambiar el enfoque que la tradición ha impuesto y el concepto de basura por residuos. Generar recursos desde los residuos puede contribuir a trasformar la vida de mucha gente.

La gestión apropiada y responsable de residuos sólidos no solo genera empleos y disminuye la contaminación ambiental, sino que evita inundaciones por la obstrucción de imbornales y el desborde de cañadas en tiempos de lluvias.

Desde las instancias municipales y el ministerio de medio ambiente se pueden impulsar políticas articuladas y sostenibles de gestión de residuos sólidos y coordinar acciones para contrarrestar la cultura “del usa y tira”. La normativa vigente ofrece mecanismos que facilitan el proceso.

Que cada uno haga su parte: las autoridades orientando y planificando, y la población cumpliendo su deber gestionar apropiadamente los residuos que gestiona. Esa unidad debe complementarse con la reducción del consumo y la búsqueda de alternativas que permitan sustituir los plásticos y otros agentes contaminantes.

Es fundamental desarrollar capacidades entre los estudiantes que les permitan interactuar responsablemente con su entorno, cuidando de no alterar los ecosistemas con residuos sólidos inorgánicos y fortalecer las destrezas y habilidades de los estudiantes para generar una cultura de gestión de residuos sólidos inorgánicos consecuente con el medio ambiente y los recursos naturales.

Involucrar a estudiantes en la organización y desarrollo de actividades que familiaricen con los efectos nocivos de la disposición inapropiada de residuos sólidos que se generan en la escuela y su entorno e incentivar las capacidades creativas del estudiante, haciéndole partícipe de la transformación del entorno donde vive, partiendo de las actividades dirigidas y coordinadas desde la escuela.

En resumen, hay grandes desafíos generar políticas funcionales de gestión de residuos sólidos en el país. Se pueden coordinar e impulsar acciones desde diversos ámbitos, especialmente desde ayuntamientos, juntas de vecinos, medios de comunicación y centros educativos como espacios ideales para promover un cambio significativo en la cultura de gestión de residuos sólidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario