viernes, 3 de noviembre de 2023

DIPLOMACIA CONTRA EL GENONCIDIO ISRAELÍ EN PALESTINA: LATINOAMERICA ASUME LA VANGUARDIA.

La República Plurinacional de Bolivia rompió relaciones diplomáticas con Israel en represalia por el genocidio planificado que ejecuta en Palestina. Es lo que deben hacer todos los gobiernos sensatos. Cómplices serán quienes validen el expansionismo y las atrocidades sionistas. Rechazar el genocidio no es apoyar el terrorismo. El mundo presencia una alevosa masacre en Palestina. El chantaje y la manipulación son recursos utilizados por Israel para desinformar y justificar sus acciones criminales.

Gustavo Petro y Gabriel Boris llamaron a consulta al embajador israelí en sus respectivos países y seguramente se unirán otros gobernantes. Ojalá que los demás gobiernos de la región sigan sus pasos. Es alentador que Latinoamérica asuma la vanguardia de una "embestida diplomática" contra Israel por el genocidio perpetrado en Palestina. La arrogancia, la saña, la alevosía el odio, con que actúa debe ser condenada. La impunidad incentivaría acciones similares. ¡Basta de tibiezas e indiferencia!

La diplomacia, bien aplicada, es una arma poderosa contra la impunidad. La ruptura de relaciones y los llamados a consulta de embajadores de Israel, demuestra que no todos los gobiernos carecen de dignidad y que están interpretando el anhelo de sus pueblos que asumen la solidaridad, la paz y el derecho a la vida como principios fundamentales de la convivencia humana.

Por el momento, algunos gobiernos progresistas y socialistas han levantado la bandera de la dignidad y emplazado a Israel a detener la masacre. Los demás están silenciados y la historia los condenará por complicidad. Indiferencia es complicidad. Hay que esperar que México, Brasil, Argentina, Cuba, Nicaragua, entre otros se unan cuanto antes a los esfuerzos de Bolivia, Colombia y Chile. Que se coloquen del lado correcto de la historia y rompan relaciones con Israel y que sean coherentes: América es zona de paz.

Imágenes desgarradoras de personas asesinados por Israel en Palestina inundan medios y redes sociales, pero muchos gobiernos intentan vender a los halcones sionistas como víctimas sabiendo que son verdugos. Aislar y sancionar a Israel es ético y políticamente correcto. Colocarse del lado correcto de la historia, deja ver visos de esperanzas en un mundo que ha perdido la capacidad de asombro y se ha insensibilizado ante la barbarie

Israel, que alega defenderse de los ataques de Hamás y otros grupos de la resistencia palestina, no tardó en cuestionar a los gobiernos que le ha emplazados y los acusó de apoyar al terrorismo de Hamás. Chantajear y manipular son acciones empleadas por Israel para intimidar a quienes no apoyan sus políticas genocidas y expansionistas. Bolivia hizo lo que deben hacer todos los gobiernos sensatos. Cómplices serán quienes validen el genocidio sionistas sobre Palestina y el asedio premeditado contra sus vecinos. Rechazar el genocidio no es apoyar el terrorismo. El mundo presencia una alevosa masacre en Palestina.

Las atrocidades cometidas por Benjamín Netanyahu y sus socios compiten con matanzas anteriores. Algunos dicen que Israel ejecuta un etnocidio, ya que se ha propuesto eliminar un pueblo con su cultura. Ni sus cómplices estadounidenses ni los genuflexos europeos intentan pararlos. Son socios y cómplices del exterminio del pueblo palestino. No solo, los protegen militarmente, sino que los sostienen financieramente. EE. UU es el real escudo de Israel, no la cúpula de hierro como creen muchos. Sin ese apoyo, no cometerían los crímenes que cometen. Al contrario, incentivan la masacre a Palestina y el asedio a países vecinos. Solo los pueblos pueden detener la locura de sus gobernantes.

Tras los miles de muertos dejados por los intensos y sistemáticos bombardeos sobre Palestina, el mundo ha reaccionado contra el genocidio planificado; primero en redes sociales y medios comprometidos con la paz y la solidaridad; luego los pueblos han desarrollado intensas y masivas protestas, ahora entra la diplomacia para parar la bestialidad del sionismo en tierra palestina. Israel ha intentado chantajear, censurar y desacreditar, pero no han logrado revertir la andanada de críticas y cuestionamientos a su conducta genocida.

Israel está fuera de control y actúa bajo el manto protector de EE.UU y sus socios europeos que tienen intereses no confesos en la región. Crearon un monstruo que no controlan, más bien los controla a ellos. Que se busque los orígenes de los principales funcionarios estadounidenses y son tan israelí como el que más. No solo brindan apoyo económico, han establecido una alianza geoestratégica para controlar a Medio Oriente.  No tienen límites ni consideración de nada. No cumplen acuerdos ni aceptan pactos. El mundo debe despertar, antes de que sea tarde.

El gobierno israelí ha intentado contrarrestar y minimizar las acciones diplomáticas, pero sus esfuerzos han sido en vano. Sí Netanyahu y a sus matones no los quiere ni su propio pueblo, bien hacen gobiernos sensatos en romper relaciones diplomáticas con Israel hasta que cesen la masacre, respeten los derechos humanos y las normas del Derecho Internacional. La impunidad debe ser sancionada drásticamente para prevenir conductas semejantes de otros gobiernos.

Estados Unidos, aliado incondicional de Israel, con serios problemas internos insiste en empaquetar en una misma envoltura, los apoyos a la guerra otanista contra Rusia en Ucrania y las acciones genocidas de Israel en Palestina. El pueblo estadounidense debe levantarse contra quienes toman los impuestos que paga para financiar guerras y genocidios en otros pueblos. Las guerras son rentables para el Complejo Industrial Militar, pero no para el pueblo que padece carencias propias de países del tercer mundo.

El negocio de la guerra y el juego sucio es doctrina en tierras del Tío Sam. Atascados en Ucrania necesitan cubrirse y para eso echan manos del fundamentalista Netanyahu. Zelenski, Netanyahu y sus muchachos juegan para el mismo equipo. La historia del mañana se escribe hoy. El derecho a vivir en paz y el respeto a la vida son innegociables, pero el guerrerismo ha impuesto su lógica perversa, criminal y destructiva.

Las operaciones militares desarrolladas por sionismo apuntan a la destrucción total. Es cuestionable hablar de combates, ya que como se sabe, Israel es una potencia militar y tecnológica. Aun así, la resistencia palestina ha dado muestras de coraje. Claro, para Israel y Occidente toda acción contraria a sus intereses es tildada de terrorista.

Israel, con fuerzas inmensamente superiores, entrenadas y dotadas de la última tecnología militar, atacan a palestinos y sus vecinos. Cuando las defensas se activan para defenderse, reciben el nombre de “fuerzas terroristas”. Eso nunca sucede con las Empresas Militares Privadas a las que recurren ciertos países para atacar a sus contrincantes. Es el doble rasero de Occidente, especialmente de Estados Unidos.

Muchas de las incursiones de Israel parecen una destrucción controlada. Muelen con bombardeos y entran con los tanques a moler lo que queda. Pocos se comen el cuento de que el genocidio en Palestina es contra los "terroristas de Hamás". Para Israel todo palestino vivo es visto como terrorista, y por tanto un blanco militar.

Bajo la lógica de los halcones israelíes y sus socios, todo Palestina es objetivo militar y hay que molerlos a bombazos. Israel comete genocidio que los colocará en el mismo plano que Hitler, Truman... Asesinar y masacrar a gente indefensa, especialmente a niños, mujeres, jóvenes y ancianos es genocidio. Son homicidas, infanticidas y feminicidas, entre otras tipologías delictivas. Tal atrocidad debe ser sancionada ejemplarmente por la Corte Penal Internacional, pero toca a los pueblos rechazar el comportamiento del sionismo criminal.

El odio que han sembrado entre el pueblo palestino e israelí tiene que ser superado, independientemente de la actitud arrogante y alevosa de las clases gobernantes. El mundo tiene que reaccionar ante la masacre ejecutada por Netanyahu y sus matones que vive el pueblo palestino. Israel, pueblo que sufrió en carne propia el peso del terror, se ha ensañado con Palestina y sus vecinos. Israel apoyado por Estados Unidos y sus socios hacen impunemente lo que quieren.

Socios de Israel, como Estados Unidos hablan de campañas de odio y antisemitismo para justificar su apoyo al genocidio y confundir a la poblaicón. No es antisemitismo, son protestas contra el genocidio sistemático perpetrado contra el pueblo palestino y muchos de sus vecinos. Israel tiene que trabajar para recomponer su imagen tras haber asesinado a cientos de miles de palestinos, especialmente a niños. No es odio, es solidaridad.

La gente sensata no protesta en apoyo al terrorismo de Hamás, ni de ningún otro grupo, protesta contra el genocidio y el terrorismo de Estado de Israel y USA. Protesta contra el odio la arrogancia y la alevosía de un régimen genocida decidido a aplicar la Solución Final para Palestina. Que lo diga la Biblia, el Papá, la ONU o quién sea, da igual, Benjamin Netanyahu y sus socios buscan empujar el proyecto sionista y convertirse en "patriotas". No cederán a menos que se aíslen y bloqueen diplomáticamente.

Tal es la bestialidad del sionismo que han sido capaces de bombardear a caravanas de ambulancias que trasportaban heridos bajo la coordinación de la Cruz Roja Internacional. Han asesinado a decenas de periodistas y personal médico. Las imágenes que circulan en redes sociales y medios de comunicación muestran la magnitud del genocidio. Allí se utiliza todo tipo de armas y pertrechos para descargar el odio sembrado por década de adoctrinamiento a unas tropas formadas y asesorado por Estados Unidos e Inglaterra.

La campaña de exterminio que ejecuta sionismo israelí en Palestina ha puesto en escena imágenes perturbadoras. Duele ver a personas molidas por las bombas sionistas. Esas de niños y niñas masacrados marcarán las próximas generaciones. El genocidio que presenciamos es propio de otras épocas. La alevosía y arrogancia con que actúa Israel es insultante. Es tiempo de que el progresismo, el socialismo, los liberales y hasta los conservadores sensatos unan sus voces contra el contra los crímenes de lesa humanidad que comete Israel en Palestina.  ¡Que la historia le condene!

Cabe preguntarse, tras el genocidio en Palestina ¿Seguirá Israel siendo el pueblo de Dios? Que aclare el Papá Francisco y sus purpurados o quiénes tengan algún grado de entendimiento en asuntos religiosos. Está claro, que, en Tierra Santa, Israel y sus socios han desatado los demonios. Están exterminando a un pueblo con su cultura. Por eso, asesinan a mujeres, jóvenes y niños. Por eso destruyen residenciales, escuelas, hospitales, iglesias y mezquitas.

La acción diplomática exige que los gobiernos sensatos del mundo, especialmente los de América Latina y El Caribe. Que lo hagan individualmente como Bolivia, Chile y Colombia o que lo hagan en bloques. A este esfuerzo deben unirse las organizaciones progresistas de todo el mundo. Permitir la impunidad es dar patente de corso a quienes hacen de la guerra y el terrorismo un lucrativo negocio.

Que se escuchen las voces de los pueblos, los llamados de los gobiernos progresistas y el grito del pueblo palestino que reclama respeto a la vida, justicia y libertad. Nada justifica la matanza que presenciamos. Basta de indiferencia, manipulación y chantaje. El mundo tiene derecho a vivir y lucrar por la paz. Es la única acción justificada. La guerra mata, destruye, contamina y siembra odios.

¡Si a la paz, no a la guerra!

¡Sí al amor, no al odio!

¡Sí a la vida!

¡NO A LA GUERRA, NO AL TERRORISMO! 

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