"En el
complejo mundo político, como en la vida selvática, importa tanto la buena
memoria del elefante líder como las habilidades de la manada para adaptarse y sobrevivir". FDC/2016.
Se deben generar las
condiciones para que el sistema político y sus componentes generen capacidades
que le permitan organizar procesos electorales que sean confiables, ágiles,
transparentes y los menos costosos posible. Esto pasa por establecimiento de
mecanismos que hagan confiables e importantes cada una de las fases del
proceso. Se debe partir de una buena selección de quienes se postulan. Las
organizaciones políticas son y deben ser compromisarias en este esfuerzo.
Si las organizaciones
políticas y su liderazgo insiste en desacreditar el sistema que le sirve de
soporte y en el que anclan su accionar propician la corrosión de las bases
institucionales de la débil democracia dominicana. Hay quienes detractan los
partidos y agrupaciones políticas pero estos constituyen un elemento
indispensable para los sistemas democráticos.
Transformarlos y hacer de
ellos espacio para el cultivo de ideas y el debate debiera ser una prioridad.
Apostar a su debilitamiento, y peor aún, a su desaparición conmina a pensar en
una democracia sin partidos. Hay debilidades y retrasos que deben ser superados
pero la solución debe ser una respuesta en 3 niveles.
Para que la tecnología sea
útil y aporten transparencia y agilidad, así como que contribuya al
abaratamiento de los procesos electorales se deben crear las condiciones
mínimas para garantizar su funcionamiento. Esto quedó evidenciado en las
elecciones de mayo de 2016. Ojalá se aprenda la lección y se tomen los
correctivos de lugar para evitar errores que generan tenciones y roces entre
los actores del Sistema Político.
Aquí algunos elementos para
enriquecer el impostergable debate que debe darse si se quieren superar una
serie de rezagos que impiden el desarrollo político y la ciudadanización de la
democracia funcional.
Reformar el Sistema Político-Electoral
dominicano, mejorando y fortaleciendo su marco normativo, aprovechando el
referente constitucional y ampliando las capacidades institucionales tanto de
la Junta Central Electoral como del Tribunal Superior Electoral.
Modernizar el Sistema Político-Electoral,
tanto desde la perspectiva de la gestión, como en los aspectos organizativos.
Esto pasa por incorporación de herramientas y dispositivos tecnológicos que
agilice, transparente el proceso de gestión y organización y que baje los
costos operativos.
Es necesario establecer
modalidades de voto electrónico, pasando por automatización del proceso de escrutinio
votos, transmisión de resultados y la asignación de escaños. No se puede
atribuir a la tecnología las fallas que origina la incapacidad del sistema para
autogobernarse.
Establecer estrategias de
captación de talentos y especialistas en área informática para crear un banco
de conocimiento que den soporte a los sistemas informáticos. Las universidades
e institutos pueden ser una buena cantera. Luego entrenar en uso u
empoderamiento.
Es necesario trabajar en la
definición, validación y aprobación de un método de conteo que haga más
democrática la asignación de escaños. Se impone cambiar o adecuar el sistema
utilizado que fue creado por el jurista belga Victord'Hondt en 1878.
Separar las elecciones en 3
niveles: presidencial, legislativa y municipal. Cada evento debe realizarse con
una periodicidad de 2 años y en tiempos diferentes. El país debe avanzar hacia
una modalidad de elecciones que acerque el cargo al entorno que representa.
Limitar la reelección a un
período y nunca más para todos los cargos electos. Quien ocupe un cargo
electivo solo tiene derecho a 2 períodos como máximo. Esto es válido para los
niveles municipal, congresual y presidencial. Queda abierta la posibilidad de
que se aspire a cualquier otro cargo bajo la misma lógica.
Se debe establecer el sistema
de voto preferencial, tanto en el nivel municipal como en el congresual. Con
esto se evitaría el arrastre, se rompe la tendencia a la reelección perpetua,
se amplían las posibilidades de participación y se fomenta el cultivo del liderazgo
local.
Establecer mecanismos
institucionales que faciliten la depuración de los perfiles de candidaturas
cuidando no lesionar el derecho a “elegir y ser elegido” que establece la
Constitución de la República, (estableciendo una periodicidad de 6 meses antes de
las elecciones).
Desarrollar las capacidades
que permitan el aprovechamiento de las tecnologías de la información y la
comunicación en todo el proceso de gestión política, tanto a lo interno de las
organizaciones político-partidarias como de los entes que gestionan el proceso
comicial.
Establecer reglas que permitan
la depuración automática del subsistema de partidos para evitar la atomización
del mismo. Una forma puede ser reglamentar que las alianzas y coaliciones se
hagan en segunda vuelta para evitar que ciertos partidos se conviertan en
trampolín o salva vida para ciertos grupos de interés que crean entidades a las
que llamas partido político.
Evitar por todos los medios
institucionales, que se vulnere el derecho de los miembros de las organizaciones
políticas y fomentar las condiciones para que se respeten los procedimientos
internos establecidos para la escogencias de precandidaturas.
Diseñar, reglamentar y aplicar
dispositivos normativos para el financiamiento de las campañas políticas.
Voltear la cara ante el triste espectáculo que hemos vivido es un acto
irresponsable tanto para los partidos como para la sociedad.
Controlar y fijar límites al
financiamiento privado, sea vía empresas o bien vía individual. Eso ayudaría cerrar
el paso a la entrada de dinero sucio al Sistema Político y la compra de cargos.
Sancionar ejemplarmente el uso
de los recursos del Estado, en todas sus expresiones en cualquier modalidad y
nivel. Superar esa perversión, aplicando un régimen de consecuencias efectivo.
Fijar límites al gasto en
campaña y establecer procedimientos funcionales para garantizar el acceso
equitativo a los medios masivos de comunicación de todas las fuerzas políticas
que tercien en una contienda por el poder.
Definir y tipificar categorías
de Delitos Electorales y establecer las sanciones que desmotiven a su práctica
e incentiven la sanción social y moral de esos delitos. Eso contribuye al
adecentamiento de la práctica política e incentiva la participación de la
gente.
Establecer procedimiento y
requisitos para la inscripción y validación de candidaturas a cargos electivos.
La Junta Central Electoral debe exigir que se presente la propuesta de gobierno
al cargo al que se aspire, una declaración de no antecedentes penales, un perfil
del postulante, una breve motivación y una declaración patrimonial.
Visualizar, socializar y
trasparentar los procedimientos para incoar y canalizar quejas, reclamos e
impugnación a los procesos, quiénes deben hacerlos y los tiempos establecidos.
Socializar los acuerdos
previos que establecen los organismos electorales con los partidos
participantes en las contiendas electorales y las consecuencias de sus
incumplimientos. Con ejes transversales desde la ética, transparencia y la
honestidad.
Establecer estrategias para
ampliar la participación de la juventud y la mujer para liberar las energías y
aprovechar el potencial transformador de esos sectores. Superar el perverso
sistema de cuotas instituido.
Revisar las causas de la
creciente abstención electoral y evitar por todos los medios institucionales
que se imponga el “voto obligatorio”. No se puede endilgar al pueblo la
incapacidad de las organizaciones políticas para encantar a la gente.
Promover la alfabetización
política y la ciudadanización de la actividad política para contrarrestar la
incursión y ascenso de sectores ajenos al interés nacional vía elección
popular. Si la gente pierde el encanto en la política no participa y si no
participa se estanca la democracia.
Establecer los procedimientos
institucionales para garantizar que el derecho a elegir y ser elegido que tiene
la ciudadanía prime por encima de cualquier otro interés o negociación
partidaria.
La Reforma Política debe
incluir la conformación de un congreso Unicameral. No es necesario que un país
de 48 mil Km2 y menos de 10 millones de habitantes tenga un Congreso
Bicameral con una matrícula que supera los 200 legisladores.
Diseñar y aplicar regímenes de
consecuencias efectivos y funcionales tanto a las organizaciones políticas como
quienes las integran. Los filtros institucionales deben incluir, entre otras
cosas, el cumplimiento de la normativa y el apego a la ética como rasgo
distintivo del quehacer político.
Las reformas política-electorales
que se emprendan deben servir para avanzar en la transformación y
fortalecimiento institucional del Estado dominicano. Esto implica una
transformación del sistema, tanto desde la perspectiva normativa como
operativa.
Hay que pensar seriamente en
el establecimiento de la modalidad de Constituyente para para las reformas a la
Carta Magna. Cerca de 40 Reformas Constitucionales no han sido suficiente para
crear un Sistema Político que sirva de sustento institucional al desarrollo.
Sería importante definir y
especificar las modalidades de voto, a saber, votos emitidos: voto válido,
nulo, observado y voto en blanco. Incluir la opción de voto en blanco para
quienes no están de acuerdo con la oferta electoral puede incrementar la
participación y bajar la abstención. Actualmente se anula pero no debe ser. Hay
que dar valor a esa expresión popular.
Se impone definir los
fundamentos normativos del Juicio Político, así como las particularidades tanto
del referendo y de las modalidades de plebiscito establecido en la
Constitución.
Se deben establecer
estrategias de socialización de los derechos civiles y políticos para avanzar
en la construcción de una cultura política que de soporte al Sistema Político y
refuerce los fundamentos del buen vivir.
¿Se
conoce alguna experiencia de elección popular duradera e inclusiva fuera del
Sistema de Partidos? ¿Se puede prescindir de los partidos políticos? ¿De qué
forma se renovaría el liderazgo directivo del país si se prescinde de las
organizaciones políticas? ¿Cómo
hacer de la democracia representativa electoralista en un espacio funcional,
participativo, útil y productivo? Aquí habrá, como en muchos casos, más
preguntas que respuestas pero hay que abordarlas.
Es evidente que hay una largo camino por recorrer, escollos por superar y aspectos por mejorar para lograr una democracia que
supere el formalismo democrático y genere las transformaciones sociales y
políticas que necesita el país para colocarse en la línea del desarrollo
inclusivo ¡Es tiempo de actuar!
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