viernes, 27 de octubre de 2023

DETENER EL GENOCIDIO ISRAELÍ EN PALESTINA: UN IMPERATIVO ÉTICO.

La lucha por la paz, la justicia y la defensa de la vida es la única que se puede librar con la certeza de que todos ganamos. El terrorismo, sea de Estado, internacional o convencional; así como las guerras son prácticas aberrantes y execrables, que expresan la bestialidad humana. Todo por y para la paz; nada para las guerras. Sí, a la vida, la justicia, la solidaridad, y al amor.

“La resolución 181 de la Asamblea General de Naciones Unidas, del 29 de noviembre de 1947, establece la partición de Palestina en un Estado judío, un Estado árabe y una zona bajo régimen internacional particular”. Desde su creación, Israel ha actuado al margen de la ONU que no ha podido imponer el cumplimiento de lo pactado en la resolución, dada las complicidades de Estados Unidos e Reino Unidos con la política israelí. Ambos países actúan en base a sus intereses estratégicos en la región.

Por más de 75 años, el pueblo palestino ha sido víctima del despojo de sus tierras, de la ocupación e incursiones armadas de Israel. Hoy, el mundo presencia los horrores de un genocidio. Cómplices e indiferentes saben que Israel no cumple pactos, acuerdos o tratados. Está fuera de control e incurre en crímenes atroces que violentan todo el arsenal normativo del Derecho Internacional.

El mes de octubre del año 2023, queda marcado en la historia de la humanidad como el año de la peor masacre del sionismo en Palestina. Que nadie se confunda, Israel tiene un proyecto expansionista que implica el exterminio del pueblo palestino. Por más que digan sus socios occidentales, están siendo cómplices de crímenes de lesa humanidad.

No es la primera guerra que Israel ejecuta contra Hamás en la Franja de Gaza, es la guerra continuada contra Palestina y gran parte de sus vecinos. Israel pretende controlar la geopolítica de Oriente Medio y para ellos cuenta con el beneplácito y complicidad de Estados Unidos y la Unión Europea.

Los Estados Unidos y la Unión Europea, con su apoyo al sionismo se hacen parte del genocidio. Hasta la heroica Francia, donde se proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos luce arrodillada al sionismo y a los intereses de EE.UU. Toda Europa está en esa condición. Los pueblos deben rechazar y levantarse contra el genocidio y exterminio del pueblo palestino y el asedio sistemáticos a sus vecinos.

Las imágenes del holocausto muestran escenario dantesco que presagia de lo que es capaz el sionismo y sus socios si se le permite actuar impunemente. El mundo debe exigir un cese inmediato de la masacre, sanciones drásticas y reparaciones urgentes. Israel está envalentonado y fuera de control, gracias a OTANUSA.

“Israel es el único "estado" que procesa a niños en tribunales militares. Cada año son arrestados entre 500 y 700 niños Palestinos, la mayoría son juzgados en tribunales militares que no cumplen con las normas internacionales sobre juicios justos”, señala Palestina Libre en su cuenta de X. Entiéndase, no solo los apresan y encarcela, sino que los asesinan. Los toman como blancos de sus prácticas de tiro.

¿Qué gente es esta que mata por placer y hace del odio un arma de “destrucción masiva” en un lugar donde el amor debiera ser la regla general, no la excepción? ¿Ellos, conocedores de la biblia, olvidaron los 10 mandamientos, especialmente el “No Matarás” o lo interpretan al revés?

Matan niños para que no se hagan hombres, mujeres para que no tengan hijos y jóvenes para eliminar la resistencia y la lucha por la liberación de Palestina. Cóctel genocida que cuenta con apoyo de EE.UU y la UE. Su negocio es destruir, matar, exterminar y contaminar impunemente.

Han asesinado a miles de niños y mujeres confirmando su vocación genocida. Eso hacen, mientras la humanidad contempla estupefacta la consumación de su plan macabro: exterminar al pueblo palestino para apoderarse de sus tierras. Esa es la tarea de los halcones israelíes y sus socios.

¿Palestinos muertos? Hay que llamar las cosas por su nombre, entre matar y asesinar hay una carga semántica, pero el significado es casi idéntico, pero dado el ensañamiento sionista contra niños, jóvenes y mujeres hay que hablar de asesinatos. Son palestinos asesinado. Son víctimas de la acción decidida y planificada por Israel dentro de su estrategia expansionista. Son el resultado de una masacre planificada. Un castigo colectivizado que lleva décadas. Es imperativo ajustar el relato a las reglas del lenguaje.

El genocidio contra el pueblo palestino es sistemático y planificado. Causas, detonantes o excusas habrá, pero ninguna sirve para justificar la masacre iniciada el 7 de octubre. La fase actual es la continuidad de las acciones de exterminio y despojo iniciado tras la creación del Estado de Israel. Reducir el conflicto a Palestina, también deja fuera el asedio a otros pueblos. Parar a Israel ahora es un imperativo ético. 

Los halcones, gásteres y chacales que ejecutan el genocidio sionista en Palestina actúan como perros rabiosos, especialmente los jóvenes soldados que están intoxicados por el odio sembrado por los halcones. Ellos olvidan que también tienen, tendrán hijos e hijas, incluidos quienes ya son o serán abuelos ¿Cómo los mirarán cuando sean adultos lean y vean las atrocidades que cometieron en Palestina? El tribunal de la historia es implacable.

Israel es alumno aventajado de Estados Unidos en materia de terrorismo de Estado, y  Noam Chomsky autor de la célebre obra “Quién Domina el Mundo”, afirma que Estados Unidos es “un destacado Estado terrorista”. Además, recuerda que Israel, es una de las tres potencias nucleares, junto con la India y Pakistán, cuyo programa nuclear ha sido inducido por Estados Unidos y que se niega a firmar el TNPN. Ese maridaje entre USA e Israel explica la impunidad y el desafío de Israel a las organizaciones y el derecho internacional.

El mudo debe entender que el gobierno israelí está fuera de control y actúa por su cuenta, empujando su proyecto expansionista en Oriente Medio. La saña y el odio son el alimento de sus bajos instintos. ¿Quién los detendrá? ¿La ONU, el pueblo israelí o una fuerza multinacional de "cascos azules"?

Que la ONU no sirva para detener el genocidio de Israel contra el pueblo palestino es una muestra clara de la deriva que tomaría el mundo sin instituciones que garantice paz y prevenga guerras. Urge renovar la entidad para que pueda contribuir a la resolución pacífica de conflictos.

La masacre continúa mientras en la ONU se juega "al gato y al ratón". Israel sigue avanzando su proyecto expansionista y en su avance va dejando una estela de muerte y desolación. EE. UU pagará caro el apoyo que ha brindado al sionismo. El mundo exige paz y cese a la masacre.

Israel y sus socios guerreristas están matando, destruyendo y contaminando cubierto con el sangriento manto de la impunidad. El descaro de los halcones compite con la parsimonia de la ONU y la complicidad de la UE. El mundo es testigo de un gran montaje para destruir a Palestina y establecer a Israel como centro de control imperialista en Oriente Medio.

Aparentemente la ONU fue suplantada por la OTAN. Aunque los fines son diametralmente opuestos, los actores y los intereses son los mismos. Es muy mal precedente. A mayor debilidad de la ONU, más facilidades tienen los halcones para violentar las normas del Derecho Internacional.

La ONU está en cuidados intensivos tras la masacre. Este es el destape del sionismo en un conflicto marcado por la represión, el genocidio y el despojo. El mundo presencia la bestialidad israelí y la complicidad de quienes auspician la política de exterminio que aplica Israel.

El genocidio que ejecutan será la mancha indeleble que los acompañará por siempre. Ellos que alguna vez fueron aclamado como "pueblo de Dios" han desatado el infierno en "tierra santa". Evidencias sobran. Se han quemado su capital político en la arena internacional.

Israel y EE.UU tienen décadas violando las resoluciones y burlándose de la ONU. Si quieren resolver el problema tienen que aplicar un embargo o mandar a sus "cascos azules" contando todo el poder disuasivo que la circunstancias ameritan. Los países sensatos deben romper o suspender relaciones diplomáticas para aislar al sionismo criminal.

Ahora arreciará la guerra híbrida. Son expertos en espionajes. Sus programas espías hacen línea con su maquinaria propagandística gestionada por Mosad y sus socios. Manipular, desinformar y distorsionar para controlar las mentes de quienes le apoyan y meter miedo les adversan.

Todos los palestinos vivos son terroristas para Benjamin Netanyahu y su equipo sanguinario gobernante. La gente sensata de Israel debe levantarse contra quienes les obligan a ser cómplices de un holocausto en pleno Siglo XXI. Superar el odio entre ambos pueblos es tarea de la gente joven que ha padecido los horrores del terrorismo en todas sus versiones.

Ningún país debe tener patente de corso para matar, destruir, esclavizar, contaminar y despojar. Las reglas del derecho internacional deben ser el marco referencial para relanzar la diplomacia colectiva a través de la ONU. Tienen la obligación de impedir que la impunidad de Israel sirva de incentivo a otros países.

¡Insólito! En la ONU están jugando con la vida y la suerte del pueblo palestino. La soberbia, el odio y la saña con que actúa Israel no inmuta a sus auspiciadores y socios. La impunidad debe cesar para que la ONU preserve su condición de guardián de la paz en el mundo. ¡Hagan su parte!

¡Quien quiera ver que vea! Son cómplices de un genocidio continuado. La bestialidad sionista supera los límites del asombro. Palestina sufre el exterminio planificado de Israel, EE.UU y la Unión Europeos. Que en el siglo XXI se permita una matanza planificada es síntoma de involución moral. 

Dada la incapacidad de del Sistema de Naciones Unidas para preservar la paz y sancionar a quienes violan las normas del Derecho Internacional, toca a los pueblos quienes tienen que parar guerras, genocidios y al terrorismo, ya que muchos gobiernos están ocupados en cometerlos, financiarlos y promoverlos. Impuestos y esfuerzos de los hijos e hijas de los pueblos no pueden destinarse a matar y destruir sino al desarrollo.

Genocidio, masacre, crimen y exterminio son calificativos adecuados para describir la embestida sionista contra el pueblo palestino. Quienes apoyan y financian al Estado Israelí son cómplices y responsables. Estados Unidos y la Unión Europea asumen posiciones que comprometen claramente su responsabilidad.

Muchos líderes, incluido el Papa Francisco, han expresado su preocupación sobre el conflicto, pero sin condenar a los verdugos. Otros tibiamente, plantean una salida negociada a la insultante matanza que presencia la humanidad. Entender el problema es importante y necesario, pero condenar el genocidio y reclamar el fin del asedio israelí a Palestina y sus vecinos es un imperativo categórico.

Tras la acción genocida y terrorista de Israel, queda en la mente de la gente un escenario dantesco que presagia de lo que es capaz el sionismo y sus socios si se le permite actuar impunemente. El mundo debe exigir un cese inmediato de la masacre, sanciones drásticas y reparaciones urgentes. Israel está envalentonado y fuera de control, gracias a OTANUSA.

Tienen razón quienes señalan que Israel y sus socios empujan a una escalada mayor que amenaza a toda la región. Así de mal están las cosas. La confluencia de factores geopolíticos, religiosos y económicos atizan la llama del odio y la retaliación en unos casos; y el oportunismo geoestratégico en otros. Cualquier cosa sirve de combustible a los conflictos en Oriente Medio.

Es que ellos y sus socios se consideran por encima de la ONU y de las normas del Derecho Internacional. Entienden que todo mundo debe arrodillarse y aceptar el exterminio de Palestina y el asedio sistemático a sus vecinos. Es tiempo de que los gobiernos sensatos retiren sus legaciones diplomáticas de Israel hasta tanto entren al orden internacional.

Socios occidentales alegan que Israel tiene derecho a defenderse para justificar las matanzas sistemáticas que realizan desde 1948. De ser así, también creen que USA tiene derecho a ocupar, invadir, intervenir, matar, destruir, saquear, contaminar, bloquear, derrocar gobiernos y escamotear elecciones. Israel es alumno aventajado de EE.UU y así actúa. El presidente Biden ha llamado a su socio al orden, pero más que un reclamo, es un ruego, porque ya no lo controlan.

Los halcones israelí están fuera de control. Ni sus cómplices y auspiciadores USA ni los genuflexos de la UE intentan pararlos.  Al contrario, incentivan la masacre a Palestina y el asedio a los países vecinos. Solo el pueblo de Israel puede detener la locura de sus gobernantes. 

Hace tiempo que Netanyahu y su sequito genocida carecen de legitimidad. Es una de las raíces profundas de la embestida criminal y alevosa contra el pueblo palestino y sus vecinos. El pueblo israelí tiene la responsabilidad moral de sacar a esos vampiros del poder ¡Que insistan!

Bestialidad sionista y complicado imperialista. ¿Cómo sería la cuestión si fuera inversa? Cuando se asesina niños y niñas impunemente no hay forma de justificar tal atrocidad ni ocultar la complicidad de quienes pueden impedirlo y no lo hacen. ¿Quién parará esta masacre dantesca?

Tan envalentonado está Israel que su embajador en la ONU ha pedido la dimisión del Secretario General del ente responsable de trabajar por la paz. Esa conducta retorcida es síntoma de la arrogancia del sionismo y una muestra de la confianza en los apoyos con que cuenta. Aunque eso no debe quitarle el sueño a António Guterres, más por el contrario debe exigir cese y reparación es una muestra de la arrogancia de los sionistas.

Mientras el mundo exige parar el genocidio, en la ONU, tanto en el Consejo de Seguridad, como en la Asamblea General, se hacen discursos sonoros y emotivo para motivar y votar resoluciones que no se cumplen. Pareciera que jueguen con la vida de la gente. Si no paran a Israel ahora tendrán que soportar las atrocidades del sionismo por muchos años. Hagan funcional y útil esa vetusta y emblemática institución. Cierren el paso al cinismo y la hipocresía. ¡Trabajen por la Paz!

Esta es la parte de la historia que el mundo tiene que conocer y comprender. Las excusas y justificaciones reiteradas de Israel para asesinar a palestinos, arrebatarle sus tierras y expandir sus fronteras es sistemático y planeado. El comandante Fidel Castro siempre estuvo claro del comportamiento perverso del sionismo y condenó su conducta criminal y genocida.

No se puede jugar a la “ruleta rusa” con la vida y la suerte de ningún pueblo. La soberbia, el odio y la saña con que actúa Israel no inmuta a sus auspiciadores y socios. La impunidad debe cesar para que la ONU preserve su condición de guardián de la paz en el mundo. Indiferencia e inacción es complicidad, ante una tragedia provocada, planificada y ejecutada por Israel. La gente olvida que el esquema de asedio israelí no es al azar. Es un plan expansionista cuidadosamente diseñado para controlar Medio Oriente con el beneplácito de OTANUSA. 

Que alguien recuerde a los pueblos de Europa, Israel y EE.UU, que con los impuestos que pagan, se está exterminando al pueblo palestino. Que agreguen que los hijos que educaron en el amor y respeto a la vida, hoy asesinan niños, mujeres, jóvenes y ancianos. Se repite la historia. EE.UU empujan a Medio Oriente a la guerra total. 

El mundo debe estar claro: ese apoyo a la masacre Palestina es parte de la estrategia de la OTAN para controlar la región y probar los bloques emergentes. ¿Se pelea ya la 3ra Guerra Mundial? Tal parece, y ante la tragedia, el mundo atónico e impotente reclama paz, justicia, solidaridad y cooperación.

¿Existe el Movimientos de Países No Alineados? ¿Hay un bloque BRICS+? ¿Por qué esos entes no suspenden relaciones con Israel? ¿Qué pasa con los bloques Latinocaribeños? La indiferencia y la complicidad compiten por el pódium en estos escenarios genocidas. ¿Tocará a los pueblos?.¿El mundo quiere más pruebas de los planes macabros del sionismo y sus socios otanistas? 

La ecuación está despejada: Israel controla a Medio Oriente y OTAN a Euroasia...lo que queda sería una especie de zona neutral. Perdón, faltan los BRICS+ y los NOAL. ¿Qué hay para ellos? El gobierno israelí comete un genocidio sistemático de características apocalípticas contra Palestina, pero uno se pregunta: ¿El pueblo israelí está de acuerdo con esta masacre? Ojalá que no, porque de ser así, habría que asumir que el pueblo hebreo perdió la cabeza.

La Asamblea General de la ONU llama a detener el genocidio e Israel incrementa los ataques. Seguramente sus socios avisaron que era insostenible la moción a su favor y aprovecharon para moler lo que quedaba de Palestina. Que el próximo paso sea someter a Israel y socios a la CPI por genocidio y crímenes de lesa humanidad. La impunidad sería un precedente funesto en Derecho Internacional.

Ante la incapacidad de la ONU para obligar a Israel a cumplir las resoluciones que emite, dicen que todos somos cómplices de la masacre, uno por complicidad otros por indiferencia. Claro, pero unos mas que otros. La propia ONU se juega su credibilidad, y quien sabe hasta si hasta su existencia. Una escalada del conflicto marcaría el fin de la vetusta ONU. Lo malo es que quienes apunta a sustituirla anidan en la Organización del Atlántico Norte, OTAN.

Estamos de acuerdo con la demanda de paz duradera y justa. Pero, no habrá paz si la ONU y la Corte Penal Internacional no aplican las sanciones que corresponden a cada violación de las normas que rigen a las relaciones internacionales. La impunidad de EE. UU e Israel es insultante. ¡Paz, no guerras!. La impunidad con la que actúa Israel, solo se explica por la complicidad y el apoyo que recibe de EE. UU y la UE. Es la impunidad 5G en las "democracias 2.0". El exterminio sistemático es parte del proyecto expansionista de Israel para controlar a Medio Oriente.

La lucha por la paz, la justicia y la defensa de la vida es la única que se puede librar con la certeza de que todos ganamos. El terrorismo, sea de Estado, internacional o convencional; así como las guerras son prácticas aberrantes y execrables, que expresan la bestialidad humana. Todo por y para la paz; nada para las guerras. Si a la vida, la justicia, la solidaridad, y al amor.

¡Que la paz, el respeto a la vida y la solidaridad sean normas, no excepciones!

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