martes, 8 de enero de 2013

EL ANALFABETISMO EN LA AGENDA SOCIAL.


“La conciencia del analfabeto es una conciencia oprimida. Enseñarle a leer y escribir es algo más que darle un simple mecanismo de expresión. Se trata de procurar en él, concomitantemente, un proceso de concienciación, o sea, de liberación de su conciencia con vistas a su posterior integración en su realidad nacional, como sujeto de su historia y de la historia”. Paolo Freire.

La República Dominicana se encuentra entre los países que arrastra el pesado lastre del analfabetismo. Superar este mal, que lacera la conciencia de quienes aspiran a vivir en una sociedad donde la justicia social sea la regla y no la excepción es un desafío impostergable. En pleno Siglo XXI más de un millón de personas están impedidas del placer de leer y escribir y esto es antiético e inmoral, sencillamente una aberración.

El analfabetismo es una negación de un derecho humano fundamental y una tara que impide la inserción de una parte de la ciudadanía a la vida productiva y frena el desarrollo de las capacidades de la gente. Excusas y pretextos habrán pero no haber superado este mal, a pesar de los esfuerzos que han hecho los organismos internacionales, las ONGs y el Estado mismo, no tiene justificación la persistencia de este mal. De ahí que enfrentarlo sea una encomienda retadora pero justiciera.

El país cuenta con una alta cantidad de ciudadanos y ciudadanas que no pueden leer ni escribir. Según datos del Censo Nacional del 2010, las personas iletradas suman 851,396. Esta cifra puede elevarse, si tomamos en cuenta el sub registro, y las debilidades de nuestras estadísticas. Esto obliga al país a poner en marcha una estrategia que incorpore a toda la sociedad en la lucha contra este vergonzoso mal. Enfrentar el problema es un reto que compete a todos por igual y requiere la incorporación organizada del pueblo y sus instituciones.

El gobierno ha diseñado la Estrategia que se concreta en el Plan Nacional de Alfabetización “Quisqueya Aprende Contigo”. Está orientada a crear espacios para incorporar a todos los actores que conforman el tejido social del país con el fin de superar el analfabetismo y las causas que lo generan. Y tiene que ser así, ya que si no se combaten las causas que generan el mal, éste volverá resurgir. De ahí que la integralidad y pluralidad de las acciones es fundamental.

El Plan se propone lograr la alfabetización de las personas jóvenes y adultas mayores de 15 años y más en todo el país que no han tenido el privilegio de estudiar y quienes no completaron el ciclo básico (hasta el 4to grado), propiciando que las personas jóvenes y adultas alfabetizadas continúen sus estudios, así como la ampliación de las oportunidades para que las personas alfabetizadas mejoren sus capacidades productivas.

Se ha hecho un llamado a la movilización e involucramiento articulado de toda la sociedad mediante en un amplio proceso de sensibilización colectiva para avanzar en esta gran tarea. Para coordinar este esfuerzo se ha creado una estructura en dos ejes: uno organizativo y otro operativo. 

La Estructura Operativa tiene la responsabilidad de coordinar y conducir el proceso, guiados por el Equipo Técnico Nacional de Alfabetización, creado por el Decreto 546-12, bajo la supervisión directa de la Junta Nacional de Alfabetización.

“Se instruye al Ministerio de la Presidencia, mediante la Dirección General de Programas Especiales de la Presidencia, para que conjuntamente con el Ministerio de Educación, implementen el Plan Nacional de Alfabetización y, en coordinación con todas las dependencias gubernamentales y de la sociedad civil necesarias, ejecuten las acciones requeridas para el cumplimiento del presente Decreto y del Plan Nacional, a fin de lograr superar el analfabetismo en un período no mayor de dos años, a partir del inicio de su ejecución”, artículo 3.

La Estructura Organizativa es amplia, pluralista y diversa, está compuesta por las Juntas de Alfabetización que operan en tres niveles: Nacional, Provincial y Municipal de Alfabetización. Las Juntas Provinciales de Alfabetización tienen como función básica la de movilizar a los actores principales de la provincia, crear y mantener una opinión pública favorable en torno al Plan propiciando la movilización de voluntarios y los beneficiarios.
 
Corresponde a estas instancias promover y dar seguimiento a la conformación de las Juntas Municipales de Alfabetización en cada uno de los municipios de la provincia y a la elaboración de los respectivos Planes Municipales de Alfabetización.

Por su parte, las Juntas Municipales de Alfabetización son instancias creadas en cada municipio del país para la promoción, articulación y ejecución del Plan Nacional de Alfabetización a nivel local. Contarán con el apoyo de la Junta Provincial y las orientaciones del Equipo Técnico Nacional del Plan. Tienen bajo su responsabilidad el diseño e implantación del Plan Municipal de Alfabetización donde se recogen las acciones a ejecutar durante los dos años que dura el programa. También debe impulsar y apoyar la conformación de los Proyectos Locales de Alfabetización para que los Núcleos de Aprendizajes se consoliden y funcionen articuladamente. 

Para la conformación, instalación y juramentación de ambas instancias se organiza una Asamblea de todas las instituciones y organizaciones que interactúan en los entes territoriales para elegir libre y democráticamente a los representantes de las organizaciones ante las Juntas.

La Juta Provincial de Alfabetización está integrada, además del Senador/as de la República quien la preside, las gobernaciones provinciales, el alcalde o alcaldesa del municipio capital de provincia que representa a sus iguales, y los diputados al congreso nacional de la provincia. También el gobernador/a provincial, representaciones de las iglesias, las universidades, las organizaciones no gubernamentales, las organizaciones empresariales.

También se incorpora a la Asociación Dominicana de Profesores, las direcciones regionales del Ministerio de Educación, las Asociaciones de Colegios Privados y representaciones de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. 
 
El mismo esquema se repite aunque con ligeras modificaciones, para la conformación de las Juntas Municipales. El procedimiento de elección es el mismo, se convocan a las organizaciones e instituciones y en Asambleas se escogen sus representantes ante la instancia municipal. El alcalde o alcaldesa del municipio preside y se suman los directores de los Distritos Municipales que pertenecen al municipio.

También se agregan representaciones de la Red Nacional de Alfabetización, las asociaciones de estudiante universitario existente, así como cualquier otro ente que pueda aportar a los trabajos que emprenda la Junta, previa autorización del Equipo Técnico Nacional. 

Completan la estructura organizativa los Proyectos Locales e Institucionales y los Núcleos de Alfabetización. Es en éste nivel donde se da el proceso de alfabetización, ya que esta estructura abarca tanto a los alfabetizando como a los alfabetizadora. Es aquí donde se desarrolla y culmina el trabajo de las instancias de coordinación y articulación. El esfuerzo de las instancias antes mencionada se concreta en estos dos entes. Son los espacios operativos donde ejecuta el proceso y se concretan los resultados. De ahí su importancia.

Los Núcleos de Aprendizaje son los espacios donde se organizan los alfabetizando, es ahí donde se produce el proceso de intercambio de experiencias entre el alfabetizador y el alfabetizando. Son grupos por 10 o 15 personas cada grupo que tendrá una persona que alfabetizará y recibirán apoyo del Coordinador Municipal y de los Animadores de Núcleos. Este último podrá tener varios núcleos bajo su responsabilidad, ya que es contratado a tiempo completo. 

El alfabetizador o alfabetizadora tendrá un núcleo y es voluntario/a. Es un ente clave en el proceso ya que tiene la responsabilidad de conducir el proceso en su núcleo, generando empatía y compromiso entre sus integrantes. Recibirá un incentivo básico. Así que el perfil debe corresponderse con la delicada función que le toca desempeñar.Tanto las Juntas Provinciales como las Municipales cuentan con sendos coordinadores que apoyarán sus iniciativas, darán seguimiento a las acciones y planes que se desarrollan en los territorios.

Encontrarse y compartir con el pueblo y sus organizaciones en este esfuerzo es una experiencia inolvidable. Ver como se integran entusiastas a este esfuerzo, multiplicando el deseo de trabajo colectivo y potenciando sus energías para ayudar a quienes requieren de apoyo en esta fase.

A diferencia de iniciativas anteriores, ésta ha logrado movilizar e incorporar a una gran variedad de entes como forma de articular y ejecutar el Plan Nacional de Alfabetización, de tal forma, que se logren los objetivos antes del plazo propuesto. Hay que recordar que el Plan es parte de la estrategia Quisqueya sin Miseria que aplica el actual gobierno para combatir la pobreza y la exclusión en el país.

Se sabe que causas del analfabetismo son diversas, el Estado tiene que asumirlas con la prestancia que el caso amerita y erradicarlas. Las consecuencias impactan en el desenvolvimiento de la sociedad en sentido general. De ahí que la acción colectiva apoyada en las capacidades y experiencias de las organizaciones sociales y las instituciones públicas es la plataforma ideal para erradicar el analfabetismo de la sociedad dominicana. 

Es momento de acción, ya que las estructuras creadas permiten la incorporación de todos los actores que se interesen en accionar a favor del Plan. Quién quede fuera de esta iniciativa tendrá problemas para explicar las razones a la población, trátese de un líder social, político o religioso.

El desafío es grande pero la causa que nos convoca es una cuestión de justicia por lo que participar en este esfuerzo es una oportunidad para legitimar el liderazgo político y social. Es un espacio donde caben todos y todas quienes de una forma u otra se empeñan en dejar su huella mientras transitan por esta mundo.

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