“La conciencia del analfabeto es una conciencia oprimida.
Enseñarle a leer y escribir es algo más que darle un simple mecanismo de
expresión. Se trata de procurar en él,
concomitantemente, un proceso de concienciación, o sea, de liberación de su
conciencia con vistas a su posterior integración en su realidad nacional, como
sujeto de su historia y de la historia”. Paolo Freire.
La República Dominicana se encuentra entre los países que arrastra el
pesado lastre del analfabetismo. Superar este mal, que lacera la conciencia de
quienes aspiran a vivir en una sociedad donde la justicia social sea la regla y
no la excepción es un desafío impostergable. En pleno Siglo XXI más de un
millón de personas están impedidas del placer de leer y escribir y esto es
antiético e inmoral, sencillamente una aberración.
El analfabetismo es una negación de un derecho humano fundamental y una
tara que impide la inserción de una parte de la ciudadanía a la vida productiva
y frena el desarrollo de las capacidades de la gente. Excusas y pretextos
habrán pero no haber superado este mal, a pesar de los esfuerzos que han hecho
los organismos internacionales, las ONGs y el Estado mismo, no tiene
justificación la persistencia de este mal. De ahí que enfrentarlo sea una
encomienda retadora pero justiciera.
El país cuenta con una alta cantidad de ciudadanos y ciudadanas que no
pueden leer ni escribir. Según datos del Censo Nacional del 2010, las personas
iletradas suman 851,396. Esta cifra puede elevarse, si tomamos en cuenta el sub registro, y las
debilidades de nuestras estadísticas. Esto obliga al país a poner en marcha una
estrategia que incorpore a toda la sociedad en la lucha contra este vergonzoso
mal. Enfrentar el problema es un reto que compete a todos por igual y requiere
la incorporación organizada del pueblo y sus instituciones.
El gobierno ha diseñado la Estrategia que se concreta en el Plan
Nacional de Alfabetización “Quisqueya Aprende Contigo”. Está
orientada a crear espacios para incorporar a todos los actores que conforman el
tejido social del país con el fin de superar el analfabetismo y las causas que
lo generan. Y tiene que ser así, ya que si no se combaten las causas que
generan el mal, éste volverá resurgir. De ahí que la integralidad y pluralidad
de las acciones es fundamental.
El Plan se propone lograr la alfabetización de las
personas jóvenes y adultas mayores de 15 años y más en todo el país que no han
tenido el privilegio de estudiar y quienes no completaron el ciclo básico
(hasta el 4to grado), propiciando que las personas jóvenes y adultas
alfabetizadas continúen sus estudios, así como la ampliación de las
oportunidades para que las personas alfabetizadas mejoren sus capacidades
productivas.
Se ha hecho un llamado a la movilización e involucramiento articulado de
toda la sociedad mediante en un amplio proceso de sensibilización colectiva para
avanzar en esta gran tarea. Para coordinar este esfuerzo se ha creado una
estructura en dos ejes: uno organizativo y otro operativo.
La Estructura
Operativa tiene la responsabilidad de coordinar y conducir el proceso, guiados
por el Equipo Técnico Nacional de Alfabetización, creado por el Decreto 546-12,
bajo la supervisión directa de la Junta Nacional de Alfabetización.
“Se
instruye al Ministerio de la Presidencia, mediante la Dirección General de Programas
Especiales de la Presidencia, para que conjuntamente con el Ministerio de
Educación, implementen el Plan Nacional de Alfabetización y, en coordinación
con todas las dependencias gubernamentales y de la sociedad civil necesarias,
ejecuten las acciones requeridas para el cumplimiento del presente Decreto y
del Plan Nacional, a fin de lograr superar el analfabetismo en un período no
mayor de dos años, a partir del inicio de su ejecución”, artículo
3.
La Estructura Organizativa es amplia, pluralista y diversa, está
compuesta por las Juntas de Alfabetización que operan en tres niveles: Nacional,
Provincial y Municipal de Alfabetización. Las Juntas Provinciales de Alfabetización tienen como función básica la
de movilizar a los actores principales de la provincia, crear y mantener una opinión pública favorable en torno al
Plan propiciando la movilización de voluntarios y los beneficiarios.
Corresponde a
estas instancias promover y dar seguimiento a la conformación de las Juntas
Municipales de Alfabetización en cada uno de los municipios de la provincia y a
la elaboración de los respectivos Planes Municipales de Alfabetización.
Por su parte, las
Juntas Municipales de Alfabetización son instancias creadas en cada municipio
del país para la promoción, articulación y ejecución del Plan Nacional de
Alfabetización a nivel local. Contarán con el apoyo de la Junta Provincial y
las orientaciones del Equipo Técnico Nacional del Plan. Tienen bajo su
responsabilidad el diseño e implantación del Plan Municipal de Alfabetización
donde se recogen las acciones a ejecutar durante los dos años que dura el
programa. También debe impulsar y apoyar la conformación de los Proyectos
Locales de Alfabetización para que los Núcleos de Aprendizajes se consoliden y
funcionen articuladamente.
Para la
conformación, instalación y juramentación de ambas instancias se organiza una
Asamblea de todas las instituciones y organizaciones que interactúan en los
entes territoriales para elegir libre y democráticamente a los representantes
de las organizaciones ante las Juntas.
La Juta Provincial de Alfabetización está integrada, además del
Senador/as de la República quien la preside, las gobernaciones provinciales, el
alcalde o alcaldesa del municipio capital de provincia que representa a sus
iguales, y los diputados al congreso nacional de la provincia. También el
gobernador/a provincial, representaciones de las iglesias, las universidades,
las organizaciones no gubernamentales, las organizaciones empresariales.
También se incorpora a la Asociación Dominicana de Profesores, las
direcciones regionales del Ministerio de Educación, las Asociaciones de
Colegios Privados y representaciones de las Fuerzas Armadas y la Policía
Nacional.
El mismo esquema se repite aunque con ligeras modificaciones, para la
conformación de las Juntas Municipales. El procedimiento de elección es el
mismo, se convocan a las organizaciones e instituciones y en Asambleas se
escogen sus representantes ante la instancia municipal. El alcalde o alcaldesa
del municipio preside y se suman los directores de los Distritos Municipales
que pertenecen al municipio.
También se agregan representaciones de la Red Nacional de
Alfabetización, las asociaciones de estudiante universitario existente, así
como cualquier otro ente que pueda aportar a los trabajos que emprenda la
Junta, previa autorización del Equipo Técnico Nacional.
Completan la estructura organizativa los Proyectos Locales e
Institucionales y los Núcleos de Alfabetización. Es en éste nivel donde se da
el proceso de alfabetización, ya que esta estructura abarca tanto a los
alfabetizando como a los alfabetizadora. Es aquí donde se desarrolla y culmina
el trabajo de las instancias de coordinación y articulación. El esfuerzo de las
instancias antes mencionada se concreta en estos dos entes. Son los espacios
operativos donde ejecuta el proceso y se concretan los resultados. De ahí su
importancia.
Los Núcleos de Aprendizaje son los espacios donde se organizan los
alfabetizando, es ahí donde se produce el proceso de intercambio de
experiencias entre el alfabetizador y el alfabetizando. Son grupos por 10 o 15
personas cada grupo que tendrá una persona que alfabetizará y recibirán apoyo
del Coordinador Municipal y de los Animadores de Núcleos. Este último podrá
tener varios núcleos bajo su responsabilidad, ya que es contratado a tiempo
completo.
El alfabetizador o alfabetizadora tendrá un núcleo y es voluntario/a. Es
un ente clave en el proceso ya que tiene la responsabilidad de conducir el
proceso en su núcleo, generando empatía y compromiso entre sus integrantes.
Recibirá un incentivo básico. Así que el perfil debe corresponderse con la
delicada función que le toca desempeñar.Tanto las Juntas Provinciales como las Municipales cuentan con sendos
coordinadores que apoyarán sus iniciativas, darán seguimiento a las acciones y
planes que se desarrollan en los territorios.
Encontrarse y compartir con el pueblo y sus organizaciones en este
esfuerzo es una experiencia inolvidable. Ver como se integran entusiastas a
este esfuerzo, multiplicando el deseo de trabajo colectivo y potenciando sus
energías para ayudar a quienes requieren de apoyo en esta fase.
A diferencia de iniciativas anteriores, ésta ha logrado movilizar e
incorporar a una gran variedad de entes como forma de articular y ejecutar el
Plan Nacional de Alfabetización, de tal forma, que se logren los objetivos
antes del plazo propuesto. Hay que recordar que el Plan es parte de la
estrategia Quisqueya sin Miseria que
aplica el actual gobierno para combatir la pobreza y la exclusión en el país.
Se sabe que causas del analfabetismo son diversas, el Estado tiene que
asumirlas con la prestancia que el caso amerita y erradicarlas. Las
consecuencias impactan en el desenvolvimiento de la sociedad en sentido
general. De ahí que la acción colectiva apoyada en las capacidades y
experiencias de las organizaciones sociales y las instituciones públicas es la
plataforma ideal para erradicar el analfabetismo de la sociedad dominicana.
Es momento de acción, ya que las estructuras creadas permiten la
incorporación de todos los actores que se interesen en accionar a favor del
Plan. Quién quede fuera de esta iniciativa tendrá problemas para explicar las
razones a la población, trátese de un líder social, político o religioso.
El desafío es grande pero la causa que nos convoca es una cuestión de
justicia por lo que participar en este esfuerzo es una oportunidad para
legitimar el liderazgo político y social. Es un espacio donde caben todos y
todas quienes de una forma u otra se empeñan en dejar su huella mientras
transitan por esta mundo.
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