El 7
de enero del año 2013 se inició oficialmente el Plan Nacional de
Alfabetización, bajo el slogan “QUISQUEYA APRENDE CONTIGO”. Desde
entonces, se ha generado una dinámica que ha movilizado e involucrado a la
sociedad dominicana en este gran proyecto. Todo el que ha querido integrarse y
aportar sus experiencias y capacidades ha encontrado el espacio y la
oportunidad para hacerlo.
La
República Dominicana tiene una tasa de analfabetismo por encima del 12 por
ciento, es decir cerca de 1 millón de personas, según el Censo Nacional del año
2010. Superar ese problema, heredado del Siglo XX se ha convertido en todo un
desafío para la sociedad dominicana. De ahí el apoyo que ha concitado “QUISQUEYA
APRENDE CONTIGO”.
El
Plan Nacional de Alfabetización avanza sostenidamente hacia la superación del
analfabetismo en la República Dominicana. Cientos de Juntas de Alfabetización
fueron conformadas, para dar sostenibilidad al Plan y motivar la integración de
la gente, aprovechando las capacidades de las organizaciones sociales y las
instituciones en cada territorio.
Las
Juntas de Alfabetización, tanto a nivel provincial como a nivel municipal, es
una estructura plural, que incorpora a las organizaciones e instituciones que
operan en cada territorio. Estas estructuras son dirigidas por las senadurías
en las provincias y por las Alcaldías Municipales en cada municipio o distrito
municipal. La secretaría de las mismas está a cargo de las Direcciones
Regionales y Distritales del Ministerio de Educación.
Esas
coordinaciones, bajo la orientación de la Junta Nacional de Alfabetización y
gerenciado por el Equipo Técnico Nacional han desarrollado un vasto y
significativo proceso de ubicación y registro de personas iletradas para la
conformación de los Núcleos de Aprendizaje. El resultado, tal y como fue
previsto, ha sido la disminución del analfabetismo en el país y el avance
continúa.
Las
personas se organizan en Núcleos de Aprendizaje, un espacio de intercambio de
experiencias y una vía para compartir los contenidos de los materiales que
sirven de base a la persona que alfabetiza. Más de 50 mil se han constituido
hasta la fecha y los resultados obtenidos prueban la eficiencia tanto de la
metodología como de las técnicas y estrategias implantadas.
Se
recuerda que el 2014 ha sido declarado por el Poder Ejecutivo como “AÑO
DE LA SUPERACIÓN DEL ANALFABETISMO” con el objetivo de concentrar los
esfuerzos en esa alta y noble tarea. Pocas veces se había visto en el país una
iniciativa que lograra tanto consenso como el Plan Nacional de Alfabetización.
Ha sido considerado como la iniciativa de mayor trascendencia que se ha
ejecutado en el país en los últimos años.
El
énfasis puesto en el derecho a la educación y la inclusión social ha provocado
que amplios sectores de la población y de la cooperación internacional vuelquen
sus esperanzas en éxito de este Plan como forma de abrir brecha en la lucha
contra la pobreza y los males que ella genera. Los resultados colocarán al país
en la lista de las naciones que han superado este penoso y vergonzante freno para el desarrollo del país.
La
movilización social generada y el dinamismo del plan han creado las condiciones
para impulsar otras acciones que completan la Estrategia QUISQUEYA SIN MISERIA, que
se traducen en apoyo a la Primera Infancia y la promoción del Desarrollo Local
Integral. Con estas acciones se pretende avanzar en la lucha contra la pobreza
en el país.
No
es tiempo de cantar victoria pero los avances y logros obtenidos entusiasman e
invitan a continuar accionando hasta lograr la meta programada. Superar el
analfabetismo en el país es un paso trascendental para la reivindicación del derecho
a la educación y la creación de capacidades ciudadanas que devuelvan la
esperanza a miles y miles de personas.
Al
momento de hacer una mirada crítica del proceso se deben colocar en el centro
del análisis la exclusión a que se exponen las personas que carecen de
educación y la marginalidad en la que viven. Avanzar en la construcción de
capacidades ciudadanas fundamentadas en la creatividad y el pensamiento crítico
pasa por la erradicación del analfabetismo y el acoplamiento de las políticas
educativas con las necesidades de la gente.
Ojalá
que la experiencia de la dinámica movilización social generada en torno al Plan
de Alfabetización “QUISQUEYA APRENDE CONTIGO” sirva para empujar la acción
colectiva en aras de la construcción de una sociedad más justa, equitativa y
solidaria. Ese es el anhelo de quienes aspiran a vivir en un mundo donde la
justicia social sea la norma y no la excepción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario