“La escuela democrática que precisamos
no es aquella en la que sólo el maestro enseña, en la que el alumno sólo
aprende y el director es el mandante todopoderoso”. Paulo Freire (Carta a Quien Pretenda Enseñar).
La
universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD, trabaja en el rediseño y
actualización de su oferta académica para ampliar las oportunidades de quienes
optan por escoger la Alma Máter como espacio para formarse, ejercitar sus saberes o fortalecer sus capacidades. Facultades,
Escuelas y coordinaciones de cátedras coordinan las acciones conjuntamente DIGEPLANDI.
La
filosofía de la UASD establece las líneas generales sobre las que se deben
articular las propuestas, sin embargo, hay una resolución del Consejo
Universitario que hace línea con otra que sacó el Ministerio de Educación
Superior Ciencia y Tecnología, MESCyT, donde se manda a implementar un modelo
educativo basado en el “enfoque por competencias”. Al margen de las críticas
que se hacen a dicho enfoque, se insiste en que el profesorado de la UASD lo
asuma.
Pareciera
que se busca homogeneizar un modelo que pudiera servir en el ciclo básico, pero
no para implantarlo en carreras que como las Ciencias Políticas son una especie
de “consomé
de saberes”, donde aprender a pensar críticamente se hace
imprescindible. El perfil profesional del politólogo, como el de otros
profesionales de las Ciencias Sociales, no admiten modelos enlatados o
tendencias instrumentalistas.
Se
sabe que el enfoque por competencias, modelo que ha sido implantado bajo la
égida del pensamiento neoliberal, instrumentaliza la educación y la coloca al
servicio de las necesidades de cúpulas hegemónica. Esa perspectiva es
claramente contradictoria a la filosofía de UASD y el Estatuto Orgánico.
Vista
la buena disposición y el interés del cuerpo directivo de la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Políticas para avanzar en el rediseño y adecuación de la
malla curricular es oportuno recordar que hay tendencias que pudieran afectar
el resultado de los esfuerzos que se encaminan con miras al fortalecimiento de
la Carrera de Ciencia Política. Nos referimos a la politización de la
justicia y a la judicialización de la política.
Lo
ideal es que ambas tendencias se complementen, pero la realidad es que están rivalizando
y los efectos son evidentes. Ante esas realidades las discusiones académicas
deben tomar en cuenta y la UASD es, y sigue siendo un faro de luz al respecto
en un mundo complejo y exigente. La comunidad académica debe asumir la
vanguardia para explicar, sistematizar y resignificar el cuerpo teórico que
sustenta las Ciencias Políticas.
Esas
tendencias se articulan en dos ejes contrapuestos: de un lado se ubica la
politización de la justicia y del otro la judicialización de la política. La
primera implica un riesgo serio para la institucionalidad democrática, ya que
cuando se politiza la justicia se debilitan los mecanismos de control que
condicionan la convivencia y dan forma al pacto social.
Respecto
a la segunda tendencia, cabe destacar que las instituciones y sujetos políticos
tienen sus propios mecanismos de control, basados en procedimientos que
implican participación amplia y diversas. Unas veces se instituyen mediante
normas internas; otras por medio de un marco normativo que complementa los postulados
constitucionales.
Así
los instrumentos de control político están asociados a mecanismos de democracia
directa instituidas en marcos normativos que establecen los procedimientos de
gestión de relaciones de poder, tanto a lo interno como a lo externo de
partidos, organizaciones y movimientos políticos.
Con
ese corolario como precedente, el debate en torno a cuestiones sustanciales del
quehacer de las Ciencias Políticas se deben establecer las líneas de abordaje
que pongan el instrumental teórico y metodológico al servicio de la solución de
problemas y refuercen los fundamentos de la institucionalidad política y la
democracia funcional.
Pretender
que las relaciones de poder en el Siglo XXI se pueden abordar con instrumentos
o dispositivos cuyos resultados son contrarios a las aspiraciones de la Ciencia
Política es como “arar en el mar”. Son tiempos en que los fundamentos teóricos
de las doctrinas políticas vigentes están siendo cuestionados desde diversos
ámbitos. Eso obliga a replantear y ampliar la perspectiva académica, a
reorientar las metodologías de enseñanzas, resignificar los enfoques y
actualizar los contenidos.
Las Ciencias Políticas constituyen un área
especializada que está llamada a producir las ideas y los instrumentos
metodológicos que ayuden a explicar los problemas que afectan a la sociedad y a
proponer soluciones. Es mucho más que un instrumento para diseñar, medir o
hacer seguimiento a políticas públicas. Es, ante todo, una Ciencia forjada para
explicar los fundamentos y el funcionamiento de los sistemas políticos y
sociales.
El
Siglo XXI es el siglo de las Ciencias Políticas, ya que los retos que plantean
exigen de esta Ciencia, respuestas y alternativas de solución a cuestiones que
van desde el estudio de las relaciones de poder, la fundamentación de los
formalismos democráticos en crisis hasta las cuestiones de políticas públicas
pasando por complejidades de la geopolítica, la neuropolítica; la teoría del
Estado, sus funciones y las modalidades que asume en cada sistema político.
Otros
retos, a los cuales la Ciencia Política debe hacer frente, vienen del mundo de
las ideologías. El fin de la historia no ha llegado ni llegará; la historia
sigue su curso y con ella el pluralismo ideológico que lo sustenta. En ese
sentido, es importante destacar la emergencia de grupos religiosos vinculados a
la política, tal como sucedía en la Alta Edad Media.
Comprender
los fundamentos discursivos de la retórica política vigente adquiere una
importancia trascendental en tiempos en que las religiones entran en
competencia con la política. No es tarea fácil, pero hay que tener presente
esos aspectos al momento de abordar las cuestiones políticas y sociales. El
peso de la religión en el imaginario colectivo obliga al cientista político a
buscar los fundamentos de las relaciones entre religión, Estado y sociedad. Es
un elemento que condiciona el accionar político en escenarios diversos. De ahí la
importancia de su estudio desde las Ciencias Políticas.
La irrupción de la religión en la política obliga
al cientista político a buscar los elementos coincidentes y divergentes que le
ayuden a explicar las interrelaciones de los dos elementos. Así mismo, las
vinculaciones del crimen organizado a la política y el vaciamiento ideológico,
la educación y la formación política colocan en riesgo el presente y el futuro
de las democracias.
Del lado del diseño, evaluación, seguimiento de las políticas públicas, el desafío es colosal. La deslegitimación de la democracia se debe, en cierto modo, a la baja eficiencia de las políticas y a los altos costos que conlleva. Esto se complica, dada las redes clientelares, la corrupción y la impunidad que afectan las instituciones políticas.
Del lado del diseño, evaluación, seguimiento de las políticas públicas, el desafío es colosal. La deslegitimación de la democracia se debe, en cierto modo, a la baja eficiencia de las políticas y a los altos costos que conlleva. Esto se complica, dada las redes clientelares, la corrupción y la impunidad que afectan las instituciones políticas.
El
caso específico de República Dominicana, las Ciencias Políticas carecen de una
sistematización científica. Ahí hay un vasto campo por cubrir que puede servir
para establecer diversas líneas de investigación. La perspectiva teórica y
práctica requiere de gente que dedique tiempo a investigar y sistematizar.
Recoger el proceso evolutivo de las Ciencias políticas en el país es un
imperativo para las generaciones presentes.
Es
Juan Pablo Duarte, Prócer y Padre de la Patria quien da el primer pitazo para
el desarrollo de las Ciencias Política en el país cuando afirmó que: “La
política no es una especulación; es la Ciencia más pura y la más digna, después
de la Filosofía, de ocupar las inteligencias nobles”. Esa sentencia del
patricio pudiera marcar el inicio del debate sobre el origen de las Ciencias
Política. Inexplicablemente, las discusiones sobre la cuestión se han retrasado
y es el momento de remontar para recuperar los rezagos.
Abrirse
paso en la investigación, implica definir perfiles que ayuden a adecentar y
aumentar las capacidades de los sistemas políticos para dar respuestas a las
demandas. Se cuestiona, y con razón, la falta de eficiencia de las
instituciones públicas. Eso requiere respuestas enmarcadas en las Ciencias Políticas,
apoyadas por otras ciencias sociales que le complementen.
Diseñar
modelos políticos y perfiles de liderazgos que hagan de la práctica política
una vocación, impactaría positivamente en la calidad de democracia y la
representación política. Colocar los instrumentos de la Ciencia Política en
manos de los sectores que toman decisiones puede aumentar la confianza de la
gente en la política y en las instituciones políticas.
Responder
a esos y otros retos es parte de los esfuerzos que deben afrontar quienes se
dedican al estudio y cultivo de las Ciencias Políticas. Al margen de cuestiones
vinculadas a los aspectos tácticos de la política, la Ciencia Política deben
concentrar sus esfuerzos en las cuestiones estratégicas.
Las Ciencias Políticas, junto a disciplinas como las
Relaciones Internacionales y la Diplomacia deben resignificar toda la cuestión
vinculada a los sujetos de derecho internacional, haciendo énfasis en el papel
del Estado como instrumentos para garantizar el desarrollo equitativo y sostenible
de la humanidad.
Son
tiempos convulsos que requieren claridad, compromisos, capacidades y honestidad
intelectual. Las Ciencias Políticas pueden y deben aportar su instrumental
teórico y metodológico para establecer mecanismos que hagan de la Política una
oportunidad para servir, no para servirse.
El
camino hacia la superación de las limitaciones teóricas que impiden el
desarrollo de las Ciencias Políticas en República Dominicana debe ocupar el
debate e impulsar acciones que coloquen la cuestión en perspectivas para que
sean asumidos por sujetos conscientes y debidamente formados.
Habría
que valorar la posibilidad y conveniencia de crear la Escuela de Diplomacia y
Relaciones Internacionales para ampliar la oferta académica. De igual forma se
puede incluir la Escuela de Criminalística, está última vinculada a la Escuela
de Derecho. Esto sumado a la inclusión de nuevas materias que refuercen los
contenidos hará diferencias entre los que forman cientistas comprometidos con
la transformación y los centros que prefieren seguir las reglas de los mercados.
Otra
de las opciones a considerar, es negociar que Administración Pública sea
trasladada a la Escuela de Ciencias Políticas. Se sabe que la Carrera está
operando desde la Escuela de Administración Pública, adscrita a la Facultad de
Ciencias Económicas y Sociales. Es pertinente pasarla a la Facultad de Ciencia
Jurídicas y Políticas, específicamente a la Escuela de Ciencias Políticas,
cambiando el perfil de la misma para ajustarla a su esencia estrictamente académica.
Este paquete se complementa con una amplia oferta en especialidades, maestrías
y doctorados.
Es
tiempo de acción, de reorientación y redefinición. La cuestión ideológica no ha
muerto ni morirá. Las teorías políticas están ahí y reclaman atenciones de la
Ciencia. Conceptos clásicos como el binomio izquierda y derecha siguen
vigentes, aunque muchos se empeñen en distorsionar sus postulados. Ellos sirven
de recipiente a pensamientos e idea basadas en el socialismo, liberalismo,
capitalismo comunismo.
Corrientes
vinculadas al ecologismo, feminismo o al ambientalismo, entre otros "ismos" hacen
parte del caldo social que debe ser sazonado por ingredientes de las Ciencias
Políticas. Son realidades, aunque haya quienes crean que son ficciones que solo
tienen cabida en los recovecos de los enfoques asociados a la posverdad.
El
campo de acción de la Ciencias Políticas es tan amplio como la diversidad de
problemas que afectan al mundo del Siglo XXI. Quienes apuestan a la Ciencia,
encontrarán en ella un espacio para desarrollar las capacidades que le permitan
entender y explicar las complejidades de la dinámica societal.
Asumir
el reto y ser consciente de los desafíos es responsabilidad directa de quienes
diseñan y ejecutan las políticas educativas. Los espacios académicos se
complementan con espacios de interacción social, especialmente políticos para
dar forma a los saberes que conforman la inteligencia política.
A
eso se suma la necesidad de superar el analfabetismo político y ampliar los
espacios deliberativos de la democracia funcional. Importa, por tanto, ir
avanzando en la construcción de una oferta académica que supere la carpintería
política y gerencial y abra paso a la transformación del pensamiento político y
social.
El
Siglo XXI es el siglo de las Ciencias Políticas. En ellas están las soluciones
los instrumentos que permitirán entender mejor los retos que plantea la Era de
la Información y el Conocimiento. En tiempos turbulentos se impone replantear los
fundamentos científicos para analizar el pensamiento político y las formas de
incentivar su estudio.
Las
tecnologías de la información y la comunicación facilitan la divulgación de
conocimientos, pero esos conocimientos deben estar depurado y validado
científicamente para que sea útil y provechoso. Buena parte de esa
responsabilidad recae sobre las Ciencias Sociales en general, en las Ciencias
Políticas en particular.
Hoy
que la inteligencia artificial emerge como complemento de la inteligencia
humana se requiere claridad metodológica y fuerza teórica para aprovechar su
potencial y orientarlo al desarrollo de la humanidad. Entender y explicar las
complejidades de los sistemas políticos y proponer
soluciones a los retos y desafíos que se plantea
es la principal motivación para trabajar por el desarrollo y consolidación de
las Ciencias Política en República Dominicana.
El vasto campo de aplicación de las Ciencias Políticas se convierte en oportunidades para quienes a su estudio y desarrollo. El mundo está lleno de politiqueros, políticos y politontos, pero carece de especialistas Política. Ahí hay un mundo de oportunidades tanto en el campo práctico como en el teórico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario