martes, 17 de junio de 2014

QUISQUEYA APRENDE CONTIGO SE MOVILIZA PARA QUE NADIE SE QUEDE FUERA DEL PLAN DE ALFABETIZACIÓN.


El 7 de enero del año 2013 se inició oficialmente el Plan Nacional de Alfabetización, bajo el slogan “QUISQUEYA APRENDE CONTIGO”. Desde entonces, se ha generado una dinámica que ha movilizado e involucrado a la sociedad dominicana en este gran proyecto. Todo el que ha querido integrarse y aportar sus experiencias y capacidades ha encontrado el espacio y la oportunidad para hacerlo.

La República Dominicana tiene una tasa de analfabetismo por encima del 12 por ciento, es decir cerca de 1 millón de personas, según el Censo Nacional del año 2010. Superar ese problema, heredado del Siglo XX se ha convertido en todo un desafío para la sociedad dominicana. De ahí el apoyo que ha concitado “QUISQUEYA APRENDE CONTIGO”.

El Plan Nacional de Alfabetización avanza sostenidamente hacia la superación del analfabetismo en la República Dominicana. Cientos de Juntas de Alfabetización fueron conformadas, para dar sostenibilidad al Plan y motivar la integración de la gente, aprovechando las capacidades de las organizaciones sociales y las instituciones en cada territorio.

Las Juntas de Alfabetización, tanto a nivel provincial como a nivel municipal, es una estructura plural, que incorpora a las organizaciones e instituciones que operan en cada territorio. Estas estructuras son dirigidas por las senadurías en las provincias y por las Alcaldías Municipales en cada municipio o distrito municipal. La secretaría de las mismas está a cargo de las Direcciones Regionales y Distritales del Ministerio de Educación.

Esas coordinaciones, bajo la orientación de la Junta Nacional de Alfabetización y gerenciado por el Equipo Técnico Nacional han desarrollado un vasto y significativo proceso de ubicación y registro de personas iletradas para la conformación de los Núcleos de Aprendizaje. El resultado, tal y como fue previsto, ha sido la disminución del analfabetismo en el país y el avance continúa.

Las personas se organizan en Núcleos de Aprendizaje, un espacio de intercambio de experiencias y una vía para compartir los contenidos de los materiales que sirven de base a la persona que alfabetiza. Más de 50 mil se han constituido hasta la fecha y los resultados obtenidos prueban la eficiencia tanto de la metodología como de las técnicas y estrategias implantadas.

Se recuerda que el 2014 ha sido declarado por el Poder Ejecutivo como AÑO DE LA SUPERACIÓN DEL ANALFABETISMO con el objetivo de concentrar los esfuerzos en esa alta y noble tarea. Pocas veces se había visto en el país una iniciativa que lograra tanto consenso como el Plan Nacional de Alfabetización. Ha sido considerado como la iniciativa de mayor trascendencia que se ha ejecutado en el país en los últimos años.

El énfasis puesto en el derecho a la educación y la inclusión social ha provocado que amplios sectores de la población y de la cooperación internacional vuelquen sus esperanzas en éxito de este Plan como forma de abrir brecha en la lucha contra la pobreza y los males que ella genera. Los resultados colocarán al país en la lista de las naciones que han superado este penoso y vergonzante freno para el desarrollo del país.

La movilización social generada y el dinamismo del plan han creado las condiciones para impulsar otras acciones que completan la Estrategia QUISQUEYA SIN MISERIA, que se traducen en apoyo a la Primera Infancia y la promoción del Desarrollo Local Integral. Con estas acciones se pretende avanzar en la lucha contra la pobreza en el país.

No es tiempo de cantar victoria pero los avances y logros obtenidos entusiasman e invitan a continuar accionando hasta lograr la meta programada. Superar el analfabetismo en el país es un paso trascendental para la reivindicación del derecho a la educación y la creación de capacidades ciudadanas que devuelvan la esperanza a miles y miles de personas.

Al momento de hacer una mirada crítica del proceso se deben colocar en el centro del análisis la exclusión a que se exponen las personas que carecen de educación y la marginalidad en la que viven. Avanzar en la construcción de capacidades ciudadanas fundamentadas en la creatividad y el pensamiento crítico pasa por la erradicación del analfabetismo y el acoplamiento de las políticas educativas con las necesidades de la gente.

Ojalá que la experiencia de la dinámica movilización social generada en torno al Plan de Alfabetización QUISQUEYA APRENDE CONTIGO” sirva para empujar la acción colectiva en aras de la construcción de una sociedad más justa, equitativa y solidaria. Ese es el anhelo de quienes aspiran a vivir en un mundo donde la justicia social sea la norma y no la excepción.

martes, 10 de junio de 2014

PILARES DE LA IMPUNIDAD.


La corrupción administrativa se ha introducido hasta el tuétano del hueso societal, gracias a los pilares que sostienen el inmundo edificio de la impunidad que debilita la institucionalidad pública y mata la esperanza de una sociedad decente. 

Este mal no se origina ni es propiedad exclusiva de los dominicanos, sino que se  disemina por todo el planeta. La cuestión es que aquí no se guardan ni las apariencias. Los principios éticos y los valores morales se pervierten o se transgreden fácil y frecuentemente. creandose así los pilares de la imunidad.

Los pilares que sostienen la impunidad son la falta de sanción social, moral y normativa alimentadas por la complicidad generalizada que asociadas al clientelismo y el paternalismo. Esa base perversa mantiene erguido, agrediendo con su imagen la inteligencia colectiva que burlada y acosada reclama su demolición. 

Es así, como la impunidad se ha convertido en el bálsamo por excelencia para aliviar el cáncer crónico de la corrupción, tanto a nivel público como a nivel privada.  Es esa falta de sanción la que hace ver a la corrupción pública y privada como un mal menor. 

La impunidad es entonces, la respuesta equivocada que crea las condiciones para sostener tesis erróneas y perversas como “El Borrón y Cuentas Nuevas” o la manida y recurrida excusa de “Persecución Política”, incluso la justificación de prácticas penosas como el  “Boroneo y el Dame lo Mío”.

Una anécdota atribuida al dictador Ulises Heureaux, (Lilís), quien gobernó al país de 1887 a 1899, al visitar una provincia notó forma precaria en que vivía uno de sus compadres y compañero político. Para ayudarlo a superar su penosa situación, le nombró gobernador de su demarcación. Lilís como apodaban aquel presidente, notó la pobreza del compadre y tomó notas del asunto. 

En el siguiente viaje decidió pasar a ver al susodicho y encontró que éste había dado un salto virtuoso hacia la opulencia”, gracias al cargo que desempeñaba. Mientras disfrutaban de un suculento almuerzo, el presidente notó todo el lujo que exhibía que incluía cubierto y bandejas de plata, loza fina y bebidas exquisitas. 

Se dice que al despedirse del flamante gobernador Lilís le dijo:”Compadre, si se comió la gallina guarde bien las plumas”. Este pasaje anecdótico sirve para ilustrar la forma que en que se ha manejado el poder político y cómo sus actos se quedan sin sanción, así entre compadres y como los compadres no se ofenden según la religión católica la impunidad se entroniza.

Para combatir este mal se hace necesario despertar la conciencia crítica de la sociedad e impulsar un amplio proceso de politización para forzar el surgimiento de una cultura política acorde con las expectativas de una sociedad donde la honestidad y el decoro sean el adorno de quienes asuman posiciones de liderazgo. 

La educación y la formación basada en principios éticos y valores morales tienen que ser la vía para llegar hasta el trono de la avaricia y la codicia consumista que rigen la sociedad actual. Esos vicios deben ser superados y en su lugar colocar los referentes que sirvan de guías a las generaciones más jóvenes. 

Hacer que la Política se transforme y se institucionalice para que sea una actividad atractiva como medio para renovar los mandos directivos y los liderazgos es una tarea impostergable para quienes aspiran a vivir en una sociedad donde la justicia social sea la norma y no la excepción. Así la práctica y la cultura política pueden recuperar su brillo y servir mejor a la sociedad.

La sociedad del Siglo XXI tiene grandes desafíos, entre los que se destacan el acelerado deterioro ambiental, el crecimiento exponencial de la población, la inseguridad ciudadana, la inobservancia a la norma, el debilitamiento de la institucionalidad democrática y la crisis de valores.  Superar esos males requiere una acción coordinada y articulada donde se aproveche todo el potencial transformador de la gente. 

Enfrentar esos retos, pasa por la restauración de la confianza en lo público y revalorizar el rol del Estado  en la regulación de las relaciones societales. Ese es el contexto que facilitará quebrar los pilares que sostienen el complejo esqueleto de la impunidad. Diversos recursos se pueden emplear en esta lucha pero la acción judicial debe producir sanciones ejemplarizadoras.

Sancionar el delito para desanimar a potenciales corruptos es un antídoto que complementado con la sanción social y moral  contribuirá a la creación de nuevas formas de tratamiento a los delitos y faltas cometidas contra el erario. Presionar para que quienes asuman liderazgos públicos entiendan la dinámica contextual de la impunidad y los males que ella genera, no solo al delincuente sino también al Estado mismo.

El país dispone de una normativa que bien pudiera servir de soporte a una política de transparencia articulada y efectiva pero esto pasa por una aplicación correcta de su contenido. Tal es el caso del artículo 146 de la Constitución de la República que proscribe cualquier modalidad de corrupción. Del dicho al hecho se ha hecho largo el trecho.

La no aplicación de la norma incentiva y fomenta las prácticas corruptas, debilitando la estructura institucional y minando la confianza de la gente en el gobierno, el Estado y la clase política. Claro, se sabe que la corrupción es una lacra que no es propia ni exclusiva del sector público pero éste está obligado a sancionarla y prevenirla.

Destruir el nido de la impunidad y las redes que la alimentan es el reto que tienen quienes trabajan el la lucha contra la corrupción. De no hacerlo, dejaríamos la puerta abierta a quienes hacen fortunas mal habidas para que instalen el imperio perverso, aprovechando cualquier descuido para colarse en las estructura de gobierno vía la participación política y el clientelismo.