martes, 9 de julio de 2013

VIGENCIA DEL PENSAMIENTO TRINITARIO.

Las Sociedad Secreta la Trinitaria es el embrión de la organización política liberal en el país. Se dio a conocer el 16 de Julio de 1838, tras salir de la clandestinidad en la que se organizó. Integrada por jóvenes visionarios que se habían propuesto crear la República Dominicana y salir de la dominación haitiana que padecía la parte oriental de la Hispaniola desde 1822. 

Los Trinitarios fundadores fueron Juan Pablo Duarte, Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandrino Pina, Félix María Ruiz, José Maria Serra, Felipe Alfau, Juan Nepomuceno Ravelo, Benito Gonzales y Jacinto de la Concha. Lógicamente este es el núcleo directivo primario, porque las acciones de los grupos independentistas y su estrategia de acciones eran amplias y secretas.

Estratégicamente articulada en grupos de 3, integrantes como forma de garantizar la seguridad del  núcleo central de la organización en caso de delación, lograron incorporar a un gran número de jóvenes a la causa. Se trazan el objetivo primario de derrocar el gobierno haitiano y crear la República Dominicana. Para reforzar el trabajo político se auxiliaron del teatro, creando La Dramática y La Filantrópica. Ambas organizaciones servían para promover el ideal revolucionario y sensibilizar al pueblo.

Eran tiempos en que las Campañas Napoleónicas y las luchas entre los imperios europeos; imponían el ritmo de la vida para conservar sus dominios y garantizar el abasto de materias primas. Es en ese contexto que los dominicanos se organizan y deciden conformar la primera organización política que conoce la historia política del país.

Su pensamiento quedó plasmado en el JURAMENTO TRINITARIO. Allí nació el instrumento político que sustentó el pensamiento libertador de los dominicanos. Un documento de alto contenido ético y político que adquirió una transcendencia que superó la malicia de los enemigos y detractores del interés nacional.

El liderazgo trinitario encabezado por Juan Pablo Duarte, revolucionario romántico, conocedor de Los Fueros de Barcelona y de las corrientes del pensamiento liberal que se desarrollaba en Europa, asumió la responsabilidad de liberar al pueblo de la opresión, dándole la independencia que merecía. Por eso se declaró dominicano desde que quedó firmado el Juramento Trinitario. Las ideas libertarias de Juan Pablo Duarte concitaron rápidamente el apoyo de otros jóvenes. Entre estos merecen atención especial.

La Sociedad Secreta la Trinitaria es la organización política sobre la cual descansó la responsabilidad de la conducción del proceso de independencia y la defensa de la soberanía nacional. Es sin duda, el primer partido político de la historia política dominicana Tenía objetivos, principios, liderazgos y una propuesta claramente definida.

Es en ese juramento donde se recogen los principios ideológicos que fundamentaron las acciones independentistas. Duarte y los trinitarios hicieron de su estrategia. Aunque esas ideas tenían el sello liberal para la época podía tipificarse de revolucionarias porque apuntaban a la transformación del sistema político, revirtiendo la situación política de entonces: proclamar la independencia nacional y crear la República Dominicana como Estado libre, independiente y soberano.

El Trabajo de los trinitarios, una vez descubierta su estrategia, se hizo cada vez más complejo y riesgoso. A pesar de la represión despiadada que desató el ejército haitiano, nunca perdieron la fe en el porvenir y en el propósito que les convocaba. Promover el proyecto separatista requirió del ingenio osado de los complotados para burlar la férrea persecución del ejército haitiano.

Los esfuerzos desplegados desde su fundación hasta la proclamación de la Independencia Nacional el 27 de febrero de 1844, pasaron por momentos difíciles. Gracias a la entrega  de los miembros y el empeño que puso en ésta el liderazgo directivo, se logró el objetivo.

Momentos de tensión se vivieron en el movimiento independentista cuando es derrocado el gobierno de Boyer y le sustituye Charles Herrad en Haití. Los Trinitarios habían apoyado en movimiento reformista que encabezó Herrad, una vez triunfa en 1843 inicia una cacería de trinitarios e independentistas, consciente de los planes de los patriotas de sacar de su territorio al invasor haitiano.

La tenaz persecución emprendida por el gobierno haitiano, conocedor de los propósitos de Los Trinitarios, llevó al exilio o la clandestinidad a varios miembros del grupo revolucionario, incluido su líder Juan Pablo Duarte y Díez. La conducción del movimiento quedó en manos del prócer Francisco Sánchez del Rosario, joven talentoso, abogado y defensor del ideal de justicia que había asumido sus compañeros.

Sánchez gozaba de toda la confianza de Duarte y los patriotas independentista. También María Trinidad Sánchez, tía de Francisco conformaba parte del movimiento, entre otras mujeres destacadas como Baltazar de los Reyes y Concepción Bona. Así se hacen los preparativos y se proclama la independencia nacional el 27 de febrero de 1844 al grito de Dios, Patria y Libertad.

Una vez consumada la proclamación se procedió buscar a Juan Pablo Duarte para conformar el primer gobierno netamente dominicano. De inmediato se creó la Junta Central Gubernativa presidida por Tomás Bobadilla y Briones. Era el gobierno responsable de organizar el Estado política, jurídica, militar y defender la soberanía nacional. 

Sánchez, José Joaquín Puello, Remigio del Castillo, Wenceslao de la Concha, Mariano Echavarría y Pedro de Castro y Castro, y Mella formaron parte de ella. El gobierno que adoptaría la Junta, sería liberal tal y como se estableció en el Juramento Trinitario de 1838 y el manifiesto del 16 de enero de 1844, inspirada en las ideas de J. Locke, J.J. Rousseau y el Barón de Montesquieu, entre otros.

Proclamada la independencia, surgen de inmediato, las luchas internas en el seno del grupo y los bandos anexionistas. Surgen así las tendencias profranceses, proingleses, proespañoles y hasta pronorteamericanos. Estas acciones se consolidan con el golpe de Estado perpetrado por el grupo conservador encabezado por Pedro Santana a la Junta Central Gubernativa que presidió el prócer Sánchez. El accionar anexionista tenía como telón de fondo, la creencia y el temor de que la naciente República no podía sostenerse sin el apoyo o tutela de alguna potencia.

Los únicos que creyeron siempre y defendieron sus ideales fueron Los Trinitarios, quienes eran partidarios de la Independencia pura y simple. Vino la lucha interna, las divisiones, las persecuciones y el acoso. Muchos de quienes guiaron se fueron al exilio, especialmente tras el Golpe de Estado perpetrado contra la Junta Central Gubernativa que presidió Francisco Sánchez del Rosario.

El nacimiento de la República Dominicana surge en un ámbito donde confluyen ideas revolucionarias, liberales y conservadoras. Siendo las últimas las que predominan y se imponen a fuerza de represión, destierro, muerte y tortura. Esta tendencia ha sido recurrente y difícil de revertir desde entonces.

El 6 de Noviembre de 1844, queda consumado y sellado el texto constitucional que regiría el naciente Estado. Pedro Santana, aguerrido militar seibano asume la presidencia de la República e impone a los Constituyentes de San Cristóbal el famoso artículo 210. Era marco normativo de corte conservador y dictatorial. Quedaron fuera del gobierno los trinitarios y otros febreristas. El resto de la historia es harto conocida. Santana se convirtió en el gran traidor a la causa nacional.

Sin el genio de Duarte y sin la estrategia de lucha que este adoptó, el ideal libertario no se hubiera alcanzado. Él y su equipo hicieron La Trinitaria, La Filantrópica y La Dramática y de ahí se dan las luchas que desembocaron en la proclamación de la Independencia Nacional. Trinitarios y Febreristas tienen un sitial especial en la historia, exceptuando lógicamente a quienes traicionaron la causa libertaria.

A 177 años de la fundación de la Sociedad Secreta la Trinitaria sus huellas, marcadas sobre el suelo patrio, sirven de norte para caminar hacia el porvenir. Pudo más la voluntad y el deseo de libertad que la represión desatada contra los patriotas. El ideal trinitario, vigente aún, ha servido y servirá para orientar la defensa de la soberanía cuando ha sido mancillada o se ha visto amenazada.

El ideal trinitario, duartiano y febrerista abrió el camino para el desarrollo del pensamiento liberal. Aunque el conservadurismo se impuso, nunca ha dejado de palpitar en el corazón de los dominicanos la defensa de la justicia social. Larga es la lista quienes defendieron la llama libertaria encendida desde la creación de La Trinitaria.

Prohombres como Juan Pablo Duarte, Francisco Sanchez del Rosario, Ramón Matías Mella pasando por Gregorio Luperón, Benigno Filomeno de Rojas, Pedro Fco. Bonó, Francisco Ulises Espaillat, Federico Henríquez y Carvajal para sólo citar algunos. Mujeres de la estirpe de María Trinidad Sánchez y Juana Saltitopa Salomé Ureñas, entre otras, merecen un sitial privilegiado en la historia dominicana por haber esculpido con dolor, sangre y sacrificio el ideal de justicia en el corazón de los dominicanos. Esa pléyade de liberales sufre y defienden sus ideas frente a los embates del conservadurismo que aún persiste.

Tras la Invasión Militar Norteamericana de 1916 y la dictadura que ésta impuso, el pensamiento liberal, inspirado en los trinitarios, mantuvo siempre vivo los valores y principios soberanos del Estado nacional. El dictador Rafael Leónidas Trujillo también hizo la guerra a los pensadores liberales y revolucionarios pero nunca pudo sepultar sus aspiraciones reformistas y revolucionarias.

La persistente resistencia al sátrapa reivindica en mayor o menor grado el principio de igualdad que forjaron Los Trinitarios. El ideal trinitario aparece animando a los combatientes constitucionalistas durante la Guerra de Abril de 1965. El tiempo no borra las huellas de quienes saben colocarse a la altura del momento histórico que le asigna la sociedad.

Preservar el principio de un estado libre, independiente y soberano tal y como se concibió en el Juramento Trinitario.  Hoy se habla del hilo evolutivo que comunica a  trinitarios, liberales, restauradores y revolucionarios. He ahí el gran legado de La Sociedad Secreta la Trinitaria y los forjadores de la Independencia Nacional.

¡Honrar, honra!

martes, 2 de julio de 2013

MANIELADAS OCOEÑAS.

Lo menos que puede hacer una persona agradecida es servirle desinteresadamente al pueblo que le vio nacer. La única recompensa aceptable es la satisfacción del deber cumplido.

Recientemente se ha puesto sobre el tapete, en las redes sociales, comparaciones de personalidades que han realizado aportes significativos al desarrollo de la provincia de San José de Ocoa. La cuestión toma relevancia en unas reflexiones expuestas por David López, un comunicador que compartió por buen tiempo nuestro territorio.

David reflexionó sobre el aporte que hizo el Padre Luís José Quín, el ex senador Pedro Alegría y el actual senador Carlos Castillo Almonte. Según David no está en discusión los aportes que el esforzado sacerdote hizo para la provincia. Sin embargo, con todo derecho, deja ver una rivalidad entre el senador Carlos Castillo y el ex Pedro Alegría.

Seguro que ninguno de ellos aceptaría rivalizar ni compararse con el Padre Quín ¿Qué ganarían? Por tanto, las aclaraciones que se han hecho zanjan parte de las discrepancias generadas tras la publicación aparecida en el periódico digital www.ocoaenred.com. De todos modos es importante reflexionar sobre estas cuestiones para reconstruir nuestra historia.

La motivación que me une a este debate es aportar un poco de información sobres aspectos que pueden contribuir a profundizar en la discusión de estos importantes y necesarios temas. Es sabido que en la tradición ocoeña, el agradecimiento a quienes apoyan el desarrollo y con sus aportes realzan lo que somos, es una constante. Muchos son y serán los que han dejado hasta sus vidas en este empeño, pero no han de reclamar reconocimiento alguno.

De entrada hay que aclarar que los cargos públicos, máxime cuando son de elección popular son para servir al colectivo, para eso se les paga. Las funciones de un legislador implican no sólo legislar sino también representar sus respectivas demarcaciones en el ámbito nacional. Por tanto, las evaluaciones que se hagan deben ser en ese plano, no en el del altruismo. El plano político y el nivel social coinciden, pero no son iguales. Si se fuera a comparar, que no es el caso, al Padre Quín habría que ubicarlo en los ámbitos social y religioso, ya que su labor se desarrolló desde la Asociación para el Desarrollo y la Parroquia.

Los pueblos crecen y se desarrollan en la medida que sus habitantes se integran y se organizan en torno a un objetivo común. En ese punto, Ocoa es referente para otros pueblos. En 12 de julio de 1962 se funda la Asociación para el Desarrollo de San José de Ocoa. En 1965 asumió la dirección de la parroquia San José el Padre Luis José Quín y el resto es la historia que conocemos. En agostos de 1970 se constituye la Asociación de Estudiantes Universitarios, hoy ASEUNO. Ambas instituciones han hecho inmensos aportes a la colectividad ocoeña, cada una en su campo de acción ¿Cuál es el aporte de cada una? Ahí están las huellas de lo que han hecho.

Acueductos, carreteras, dispensarios médicos, sistemas de riego, centros comunales, escuelas, viviendas y decenas de consejos comunitarios en las comunidades rurales ilustran el fructífero trabajo de la ADESJO. Dispuesta siempre para apoyar a los grupos olvidados y contribuir a su organización para avanzar hacia el desarrollo, aprovechando adecuadamente los recursos naturales y protegiendo el medio ambiente. Educación, orientación y organización resumen el accionar de ADESJO.

Organizaciones de convites para apoyar el trabajo comunitario y promover la solidaridad, fomentando la ayuda mutua. Muchos de estos esfuerzos se iniciaron en tiempos del padre canadiense James Arthur McKinnon (Padre Arturo), esforzado líder religioso, asesinado en 1965 en Monte Plata,  por las tropas reaccionarias. El Padre Arturo dirigió la parroquia en tiempos del Consejo de Estado creando las bases para la instauración de la organización social y religiosa del municipio. El principal centro de formación técnica de la provincia llega el nombre de este abnegado y noble sacerdote.

Eran tiempos de la implementación de la estrategia diseñada por los Estados Unidos para la cuenca caribeña denominado Alianza para el Progreso, cuyo propósito era contrarrestar el avance del socialismo, evitando el surgimiento de otra Cuba en el Caribe. Se preveían acciones de ayuda que mitigaran las difíciles condiciones de vida que padecían los pueblos tras el derrocamiento de las dictaduras militares. Era una forma de mantener control mediante mecanismos blando de injerencia disfrazados de solidaridad.

Por el lado de la ASEUNO (1970-2013) 43 años apoyando a las familias que no tienen hospedajes para sus hijos/as. Cientos de profesionales debemos a esta prestigiosa organización los logros que hoy exhibimos. El lema; Estudio, Trabajo y Solidaridad fue la consigna que aglutinó a los estudiantes universitarios, sin importar el centro que estudie, militancia política, la condición social, preferencia sexual, el credo religioso o el lugar de residencia. Ambas instituciones fungen como una escuela de liderazgo que orienta la articulación social en la provincia 13-30.

Solo he puesto una referencia mínima, ya que listar la cantidad de organizaciones e instituciones gestadas en la provincia requeriría un libro. Esta muestra solo sirve para dejar claro, que la historia es larga y los actores diversos. Agradecer a cada uno, en su contexto, los aportes que ha realizado es una muestra de reconocer su trabajo. No es alabar ni menospreciar el aporte de nadie. De lo que se trata es de ubicar en su contexto los aportes que cada quien realiza o ha realizado por el engrandecimiento de nuestra Patria Chica.

Cuando se habla de sacrificio en San José de Ocoa no se puede dejar fuera a quienes desde el ámbito de la resistencia popular han estado presentes levantando con orgullo el nombre de nuestra tierra. Desde la epopéyica resistencia de nuestros ancestros más remotos, los aborígenes y los negros alzados que resistieron los embates del imperialismo español hasta quienes dignamente realizan el duro trabajo de hacer parir la tierra.

Estuvieron presentes en las Guerras de Independencia contra los haitianos (1844-55) en la Restauración de la República, contra España 1863-65). Ocoa, como se sabe, ha sido un punto estratégico para la organización de la resistencia a la opresión y su población nunca ha estado al margen de los acontecimientos. Así en cada episodio se les encuentra decididos a luchar solidariamente por la justicia social.

Los hijos de San José de Ocoa serían independentistas, restauradores, baecistas, jimenistas, lilisistas, en el Siglo XIX. Velazquistas, Horacistas, perredeístas, socialistas, comunistas, reformistas, peledeistas en Siglo XX pero siempre valientes y decididos a luchar por la justicia social, la dignidad y el decoro, unos más que otros claro. El Siglo XXI hace el Ocoa que hay que construir,  partiendo de ese rico legado histórico que nos viene desde el tiempo de los manieles.

Derrocado el gobierno constitucional del Profesor Juan Bosch, la efervescencia revolucionario encontró cobijo y apoyo en San José de Ocoa. El Dr. Hipólito Rodríguez (Polo), instaló en zona de La Horma su unidad guerrillera como parte de la sublevación de Manuel Aurelio (Manolo) Tabares Justo en 1964. Ocoa fue parte entonces, de las “Escarpadas Montañas de Quisqueya”. Allí cayó asesinado Polo Rodríguez y parte de sus compañeros.

Mas reciente, durante la Guerra de Abril de 1965, los hijos de Ocoa dijeron presente a esta gran cita con la historia para rescatar a la Patria de las Garras del Triunvirato, corrupto y entreguista y luego contra el imperialismo norteamericano. Integrados a las unidades de combate levantaron el honor y el orgullo de su compueblanos.

Tras la invasión al país el 28 de abril de 1965 el patriotismo dominicano alcanzó su mayor nivel y el comando constitucionalista encabezado por el Coronel Francisco Alberto Caamaño enfrentó a 42 mil marines haciéndole saber que la soberanía nacional no estaba en discusión. Alto fue el costo en bajas pero el honor y la dignidad de los combatientes mantuvo vivo el ideal de libertad. Levantando esas banderas y empuñando esos fusiles estuvo nuestra gente.

Concluyó la guerra en julio de 1965 pero no el servicio a la Patria. El 1 de julio de 1966 el Dr. Balaguer, estratega del tirano, Trujillo, había sido instalado en el poder y certificado por el imperio norteamericano con la encomienda de reprimir y matar para evitar otra Cuba en el Caribe. Vino la represión y el descabezamiento del liderazgo progresista. La resistencia no cesa y Ocoa vuelve a servir de centro para refugio de revolucionarios y base para la organización de acciones guerrillera.

Orlando Mazara fue una muestra del sacrificio que pagó la juventud dominicana de la época. Intentando establecer su base apoyo para la organización de acciones de guerrillas rurales es sorprendido y asesinado en la zona de Arabia en 1967. Allí están los testimonios de quienes compartieron con tan digno visitante. Esa estrategia del liderazgo político, especialmente del Movimiento Revolucionario 14 de Junio y el Movimiento Popular Dominicano llevó a muchos cuadros a nuestras montañas. Mazara es solo una muestra de los cuadros políticos que desarrollaron actividades en Ocoa.

El pueblo presente y consciente de su papel histórico desde que se instaló allí el primer comité del Partido Revolucionario Dominicano a su llegada al país tras el ajusticiamiento de Trujillo en 1961 no ha renunciado a ese compromiso. En cada escenario y en cada época está presente el aporte de generaciones de ocoeños que desde sus espacios hacen lo que el momento histórico les exige.

Cuando en 1973, se produce la incursión en el país de la Guerrilla de Caracoles, encabezadas por el Coronel de Abril, junto a 8 compañeros, escogen como centro de acción la parte norte de nuestro territorio. Allí combaten y cae mortalmente herido el bizarro coronel. El liderazgo político y social de San José de Ocoa recibió el bautizo represivo conjuntamente con la incursión de Caamaño y sus compañeros a nuestro territorio.

San José de Ocoa se transformó de la noche a la mañana en una gran fortaleza donde el ruido de las aeronaves de combate, los vehículos militares y las bombas alteraban la tranquilidad que usualmente prima en nuestra tierra. Aunque tenía sólo 7 años recuerdo el fuego y  el estruendo de los disparos allá en la loma de La Chorriosa, cerca de Arabia. Mi comunidad,  el paraje de Los Palos Grandes estaba llena de soldados, había que convivir con aquel ambiente, desagradable e inseguro.

Concluida las operaciones militares en Ocoa, tras la derrota militar de la acción guerrillera y liberados los presos, el trabajo político siguió. Se conocen las acciones desarrolladas por los hermanos Casado Villar, Manuel y Julio en las zonas de El Pinar y luego Manfredo en la zona de los Martinez. Este es un capítulo de nuestra historia que merece una atención especial.

Manfredo trabajó con los campesinos y formó parte de las unidades de resistencia armada que se desarrollaron en las comunidades de San José de Ocoa. Se radicó en la zona de los Martínez, un lugar de difícil acceso donde desarrolló una intensa labor de orientación política y trabajo comunitario. Los Martínez se han caracterizado por ser conjuntamente con la comunidad de Parra como referentes en la lucha por la distribución de la tierra y la organización social de los comunitarios.

Salió del país con destino a Cuba y se integró a los grupos en exilio. La tierra de Martí le cobijó y en ella se integró a la unidad guerrillera que dirigió Claudio Caamaño Grullón con quien llegó al país en 1975, conjuntamente con Toribio Peña Jáquez. Este destacamento guerrillero se internó en las montañas y tras una tenaz persecución de las fuerza balagueristas, dos de los expedicionarios fueron apresados sin oponer resistencia en la zona de San Cristóbal.

La oficialización de la noticia por parte de las Fuerzas Armadas a principios de junio sobre la presencia en suelo patrio de Claudio Caamaño, Toribio Peña Jáquez y Manfredo Casado Villar activó los cuerpos represivos. Se agudizó la represión y se inició la cacería de los expedicionarios. Tanto Claudio como Peña Jáquez eran veteranos de la Guerra de Abril de 1965 y de la Guerrilla de Caracoles de 1973, comandada por el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó. Manfredo era un experimentado dirigente revolucionario de San José de Ocoa.

Los revolucionarios fueron transportados al país por tres puertorriqueños que fueron apresados y condenados a 5 años de trabajo público. Balaguer los indultó en noviembre del mismo año, (Listín Diario 18-12-1975). Queda pendiente aclarar los vínculos de los guerrilleros en el país, así como las fuerzas políticas que los apoyaron. Cabe aclarar que ninguna fuerza se atribuyó el patrocinio de la expedición y los principales líderes negaron cualquier vinculación con los guerrilleros. Una vez más.

Fernando Infante citando a la prensa de la época, refiere que el 3 de octubre Claudio y Toribio fueron capturados en forma pacífica en un campo de San Cristóbal, luego de movilizarse en esos lugares desde su desembarco.

Este último se ve forzado a pedir asilo e irse a Cuba. Allá se juntó con los grupos que continuaban accionando para derrocar la dictadura ilustrada que impuso Balaguer. Regresó clandestinamente al país en 1975 acompañado del veterano guerrillero, Claudio Caamaño y Toribio Peña Jáquez ambos sobrevivientes de la expedición de Playa Caracoles.

De los planes y articulación de este grupo se conoce poco pero eso no quita méritos a la entrega y sacrificio de sus protagonistas. Todos eran experimentados combatientes de la Guerra de Abril y estaban identificados con la necesidad de derrocar al balaguerato que había dado continuidad al trijillato.

El legado de estas gestas y el sacrificio de estos hombres y sus familias es razón más que suficiente como para respetar su memoria. Familias, muchas de las cuales desconocer el lugar donde descansan los restos de sus deudos. Las adversas circunstancias que les tocó enfrentar los colocan en un sitial especial en la historia.

Cuando se habla de aportes y de sacrificios hay que tener siempre presente que la historia es el camino de los pueblos y sus hechos las enseñanzas de los hombres. A cada quien hay que ubicarle en su contexto y reconocer el aporte que cada uno hace en sus respectivas áreas. Tampoco es digno de admiración quien reclama recompensas por los aportes hechos a su tierra.

Los auténticos hijos de la provincia 13-30 sabrán agradecer a quienes por la vía que sea y de buena fe contribuyan al desarrollo de los pueblos, ya que Ocoa recibe con agrado a quienes buscan un espacio para establecerse. Esto no se discute ni tiene por qué ser tema de discordia. Lo que no podemos perder de vista es el elevado sacrificio que hemos pagado para conseguir lo que somos. Ningún esfuerzo sobra cuando de agradecer se trata pero sin menoscabo del sacrificio de la comunidad ocoeña.

El trabajo tesonero de las mujeres y los hombres ocoeños han abierto el camino que han recorrido quienes han tenido la dicha de encontrarse con nuestra tierra y su gente. El orgullo y el sentido de pertenencia a ese terruño es una fuerza que sirve para remover la acción colectiva y solidaria, así como sepultar cualquier diferencia. El aprovechamiento de ese potencial es lo que hará la diferencia en el Siglo XXI.

Queda una larga y compleja historia por contar pero dejo estas ideas para ampliar el debate sobre el asunto. Sabemos que nuestra gente se destaca en todos los campos de la interacción social pero he colocado aquí el planto social y político solo como muestra. Concluyo con esta reflexión diciendo lo siguiente: Por grande que sean nuestros aportes y por elevado que sean nuestros méritos no compensamos el gran honor de haber nacido en este hermoso  y productivo territorio que se llama San José de Ocoa, de ser y sentir como ocoeños/as.