jueves, 17 de enero de 2013

VIGENCIA DEL PENSAMIENTO REVOLUCIONARIO DE JUAN PABLO DUARTE.


“El amor a la patria nos hizo contraer compromisos sagrados para con la generación venidera; necesario es cumplirlos, o renunciar a la idea de aparecer ante el tribunal de la Historia con el honor de hombres libres, fieles y perseverantes”. Juan P. Duarte

El 26 de enero de 1813 vino al mundo Juan Pablo Duarte y Díez, hijo de Juan José Duarte Rodríguez, quien había venido de España buscando la felicidad que su patria le negaba y Manuela Díez Jiménez, criolla nacida en el Seibo. El matrimonio tuvo varios hijos entre ellos se destacan, Rosa y Vicente Celestino y el Prócer.

La niñez del patricio se desarrolla entre indefiniciones y vacilaciones por parte de los criollos quienes buscaban afanosamente un cobijo que le permitiera guarecerse de la tormentosa miseria que vivía toda la Isla Española. La unidad era la única opción posible para lograr la meta liberadora pero se requería un liderazgo que gestara esa alianza y la hiciera prosperar. Duarte llenó ese cometido.

Las dificultades económicas de la colonia, el desorden y la represión no impidieron que la familia Duarte y Díez sacara fuerzas para desarrollar el negocio familiar y educar a sus hijos. El comerció sirvió de sostén a la formación política de Juan Pablo Duarte quien tuvo el privilegio de salir a estudiar a Europa y allá apreciar las ventajas que ofrecían a los pueblos la libertad, la solidaridad y la fraternidad que había instaurado la Revolución Francesa en 1789.

España vivía tiempos difíciles, ya que habían perdido de la Francia napoleónica su hegemonía como potencia militar y económica en Europa. Su debilidad le impedía apoyar y defender sus territorios en ultramar. La piratería y el contrabando imponían las reglas de juego.
En la colonia española de Santo Domingo se vivía el período conocido como España Boba, ya que los criollos encabezados por Juan y Ciriaco Ramírez devolvieron a España su antigua colonia tras derrotar a los franceses en la Batalla de Palo Hincado. Estando España bajo el dominio francés los criollos buscan el abrigo de la “madre patria” quién no podía cargar ni sus propias penas.
Adolescente aun, Juan Pablo sale a estudiar y a su regreso emprende la magna obra de construir un Estado libre, independiente y soberano. Para tal propósito buscó el apoyo de otros jóvenes que como él soñaban con romper las cadenas que imponía el gobierno haitiano, encabezado por Jean Pierre Boyer.
Cabe destacar que en 1821 se da el primer intento serio de independizar el país de Haití para adherirlo a la Gran Colombia que lideraba Simón Bolívar. Esta proeza la emprendió el Dr. José Núñez de Cáceres. Fracasada la acción independentista, la colonia cae bajo del dominio haitiano período que se extendió por 22 largos años hasta que la acción de Los Trinitarios puso fin al dominio haitiano en la parte Este de la Isla Española.
Esta es la situación que enfrenta el Movimiento Trinitarios, fundado, organizado y guiado por el joven Juan Pablo Duarte, quien inspirado por los conocimientos y la experiencia adquirida en Europa decide accionar para instaurar la República Dominicana bajo el lema: Dios, Patria y Libertad, plasmado en el Juramento Trinitario.
Los Trinitarios se organizaron para preparar las condiciones que facilitaran la fundación del Estado Dominicano. Para tales fines se creó la Sociedad Secreta la Trinitaria, el 16 de julio de 1838 a juicio de muchos el primer partido que existió en el país. Duarte tenía para entonces 25 años de Edad. Esta entidad servía para planificar, orientar y promover la causa liberadora. También se creó La Dramática para combatir y denunciar la ocupación mediante representaciones teatrales y la poesía.
Consciente de la importancia de la formación militar para sus planes, Duarte se enrola en el ejército haitiano y motiva el ingreso de los criollos a la milicia para que una vez se produzca el estallido separatista la resistencia fuera manejable. Aquí se destaca la capacidad de estratega del patricio. 
Hizo una alianza estratégica con el general haitiano Charles Herard para enfrentar al presidente Boyer y apoyó el Movimiento de la Reforma que este encabezó en 1843. Herard no cumplió con lo pactado y una vez obtuvo el triunfo persiguió a Los Trinitarios, especialmente a su líder. La persecución hizo que Duarte se fuera exilio para preservar su vida y salvar al movimiento que quedó bajo el liderazgo de Francisco Sánchez del Rosario y Matías Ramón Mella del Castillo.
Con Duarte y otros compañeros en el exilio el movimiento sigue su curso. Continúan los preparativos para la proclamación de la independencia. Concepción Bona y María Trinidad Sánchez confeccionan la bandera nacional. Se lanza El Manifiesto del 16 de Enero, explicando las razones que motiva a los dominicanos a fundar su propio Estado. La acción libertaria se concreta la noche del 27 de febrero con el famoso trabucazo disparado por Mella del Castillo en la Puerta de la Misericordia.
Proclamada la independencia y encendida la llama libertaria, se envía una comitiva a buscar al prócer quién al llegar al país es recibido con júbilo por sus correligionarios. El esfuerzo había dado sus frutos ¡Había nacido la República la Dominicana! Loor a quienes hicieron posible el Grito de Independencia. El genio de Duartes, Sánchez, Mella, Concepción Bona, María Trinidad Sánchez, trinitarios y febreristas esculpieron sus nombres en las páginas inmortales de la historia.
Juan Pablo Duarte cuyo pensamiento liberador sirvió de motor para mover la conciencia nacional de la época, legó al pueblo dominicano una vasta enseñanza en el orden moral, ético, político y cultural. El prócer supo aglutinar las voluntades y los apoyos requeridos para lograr la independencia nacional. Inspirados en su optimismo y fe en la causa liberadora no escatimó esfuerzos ni recursos para cumplir la promesa pactada con su pueblo y su conciencia revolucionaria.
Su pensamiento liberal y revolucionario lo coloca en un sitial privilegiado entre los grandes líderes de la historia latinoamericana. Su entrega y sacrificio al servicio de la Patria constituyen un referente imborrable. Fiel a su pensamiento, y convencido de la justeza de su obrar, supo cristalizar en los hechos su grito de guerra: “Vivir sin Patria es lo mismo que vivir sin honor”. Indiscutiblemente su convicción inspiraba y llamaba a la acción redentora.
200 años después de su nacimiento el país sigue clamando por concretar su gran obra fundamentada en la moralidad de los gobernantes, el respeto a la institucionalidad democrática, la defensa de la soberanía, la justicia social, la igualdad, el gobierno soberano y  la autodeterminación de los pueblos. Todos esos principios fueron plasmados en su propuesta de constitución, un documento testimonial de la claridad de su pensamiento y que debió ser digno de mejor suerte.
El Ideario de Duarte es una fuente inagotable de nobles enseñanzas, ya que fue fiel a su pensamiento. “En lo que no están de acuerdo nuestros libertos es en lo del amo que quieren imponerle al pueblo” dijo el patricio. Este pensamiento acuña un aspecto trascendental sobre la importancia de la libertad y el derecho a la resistencia ante la opresión. En este punto Duarte se adelanta a los procesos de liberación de que se viven hoy en América Latina. "La Nación dominicana es la reunión de todos los dominicanos. La Nación dominicana es libre e independiente y no es ni puede ser jamás parte integrante de ninguna otra potencia, ni el patrimonio de familia ni persona alguna propia ni mucho menos extraña., sentenció.

El amor a la Patria lo llevó a morir  en tierras extranjeras el 15 de julio de 1876, proscrito, lejos de su amada tierra y en extrema pobreza material, saboreando la amarga hiel del oprobioso exilio. Traicionado, marginado, olvidado y vilipendiado mas no arrepentido. Esto se demuestra cuando fue requerido por los líderes restauradores para defender la soberanía mancillada por Pedro Santana y sus aliados, tras la Anexión a España el 18 de marzo de 1863. 

Mucho se ha escrito sobre su gran legado pero si honrar honra, como dijo el maestro José Martí, la conmemoración de su natalicio debe servir para reflexionar sobre la profundidad de su pensamiento liberal y la vigencia perenne de sus ideas libertarias. Difundir su pensamiento y defender los principios libertarios que enarboló la juventud que le acompañó en su ardua lucha  por la soberanía y la independencia nacional constituye el mejor reconocimiento a su memoria.

Entre las prendas morales que rigieron la conducta del patricio se destacan la perseverancia, honor, entrega, humildad, decoro y dignidad. Dejó claramente establecida que a la Patria se le debía cuidar de los traidores y de los cobardes, afirmando: Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy hombre sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la patria”. 

La celebración del Bicentenario de su natalicio encuentra al país enredado en un tejemaneje político que dista un abismo de la visión duartiana de la Política. Aclara el insigne patriota: La política no es una especulación; es la Ciencia más pura y la más digna, después de la Filosofía, de ocupar las inteligencias nobles”, sentenció. Estamos lejos de alcanzar ese altísimo ideal ya que el utilitarismo clientelar se ha apoderado del quehacer político, distorsionando los fundamentos y el sentido esta gran Ciencia. Devolverle su brillo y esplendor es una buena forma de rendir tributo al sacrificado patricio y a su gran obra.

Reflexionemos pues sobre este coloso de la Patria cuya obra enorgullece a quienes apuestan a vivir en un mundo donde la justicia social sea la regla y no la excepción. Reivindicar el pensamiento del Patricio es la mejor forma de recordarlo, no en los discursos pomposo y novelesco a que nos han acostumbrado sino incorporando sus enseñanzas a las prácticas cotidianas ¡Honrar, honra! Rescatemos la historia del novelesco mundo de la manipulación donde se pinta al Padre de la Patria como inalcanzable o inimitable. 

No estaba conforme el invaluable aporte que había hecho al país y dijo: “No he dejado ni dejaré de trabajar en favor de nuestra santa causa haciendo por ella, como siempre, más de lo que puedo; y si no he hecho ahora todo lo que debo y he querido, quiero y querré hacer siempre en su obsequio, es porque nunca falta quien desbarate con los pies lo que yo hago con las manos” ¡Cuanta grandeza, sabiduría y humildad!

Aquella juventud que supo responder al llamado de la Patria merece un sitial privilegiado en nuestras conciencias y debe expresarse con hechos en nuestras vidas. Como pueblo estamos en deuda con los hombres y mujeres que bajo el liderazgo de Duarte nos legaron la República Dominicana. No faltarán mezquindades, ingratitudes y malquerencias con la hazaña independentista pero la verdad es clara y convincente: Nuestra Patria ha de ser libre e independiente de toda potencia extranjera o se hunde la isla”.

martes, 8 de enero de 2013

EL ANALFABETISMO EN LA AGENDA SOCIAL.


“La conciencia del analfabeto es una conciencia oprimida. Enseñarle a leer y escribir es algo más que darle un simple mecanismo de expresión. Se trata de procurar en él, concomitantemente, un proceso de concienciación, o sea, de liberación de su conciencia con vistas a su posterior integración en su realidad nacional, como sujeto de su historia y de la historia”. Paolo Freire.

La República Dominicana se encuentra entre los países que arrastra el pesado lastre del analfabetismo. Superar este mal, que lacera la conciencia de quienes aspiran a vivir en una sociedad donde la justicia social sea la regla y no la excepción es un desafío impostergable. En pleno Siglo XXI más de un millón de personas están impedidas del placer de leer y escribir y esto es antiético e inmoral, sencillamente una aberración.

El analfabetismo es una negación de un derecho humano fundamental y una tara que impide la inserción de una parte de la ciudadanía a la vida productiva y frena el desarrollo de las capacidades de la gente. Excusas y pretextos habrán pero no haber superado este mal, a pesar de los esfuerzos que han hecho los organismos internacionales, las ONGs y el Estado mismo, no tiene justificación la persistencia de este mal. De ahí que enfrentarlo sea una encomienda retadora pero justiciera.

El país cuenta con una alta cantidad de ciudadanos y ciudadanas que no pueden leer ni escribir. Según datos del Censo Nacional del 2010, las personas iletradas suman 851,396. Esta cifra puede elevarse, si tomamos en cuenta el sub registro, y las debilidades de nuestras estadísticas. Esto obliga al país a poner en marcha una estrategia que incorpore a toda la sociedad en la lucha contra este vergonzoso mal. Enfrentar el problema es un reto que compete a todos por igual y requiere la incorporación organizada del pueblo y sus instituciones.

El gobierno ha diseñado la Estrategia que se concreta en el Plan Nacional de Alfabetización “Quisqueya Aprende Contigo”. Está orientada a crear espacios para incorporar a todos los actores que conforman el tejido social del país con el fin de superar el analfabetismo y las causas que lo generan. Y tiene que ser así, ya que si no se combaten las causas que generan el mal, éste volverá resurgir. De ahí que la integralidad y pluralidad de las acciones es fundamental.

El Plan se propone lograr la alfabetización de las personas jóvenes y adultas mayores de 15 años y más en todo el país que no han tenido el privilegio de estudiar y quienes no completaron el ciclo básico (hasta el 4to grado), propiciando que las personas jóvenes y adultas alfabetizadas continúen sus estudios, así como la ampliación de las oportunidades para que las personas alfabetizadas mejoren sus capacidades productivas.

Se ha hecho un llamado a la movilización e involucramiento articulado de toda la sociedad mediante en un amplio proceso de sensibilización colectiva para avanzar en esta gran tarea. Para coordinar este esfuerzo se ha creado una estructura en dos ejes: uno organizativo y otro operativo. 

La Estructura Operativa tiene la responsabilidad de coordinar y conducir el proceso, guiados por el Equipo Técnico Nacional de Alfabetización, creado por el Decreto 546-12, bajo la supervisión directa de la Junta Nacional de Alfabetización.

“Se instruye al Ministerio de la Presidencia, mediante la Dirección General de Programas Especiales de la Presidencia, para que conjuntamente con el Ministerio de Educación, implementen el Plan Nacional de Alfabetización y, en coordinación con todas las dependencias gubernamentales y de la sociedad civil necesarias, ejecuten las acciones requeridas para el cumplimiento del presente Decreto y del Plan Nacional, a fin de lograr superar el analfabetismo en un período no mayor de dos años, a partir del inicio de su ejecución”, artículo 3.

La Estructura Organizativa es amplia, pluralista y diversa, está compuesta por las Juntas de Alfabetización que operan en tres niveles: Nacional, Provincial y Municipal de Alfabetización. Las Juntas Provinciales de Alfabetización tienen como función básica la de movilizar a los actores principales de la provincia, crear y mantener una opinión pública favorable en torno al Plan propiciando la movilización de voluntarios y los beneficiarios.
 
Corresponde a estas instancias promover y dar seguimiento a la conformación de las Juntas Municipales de Alfabetización en cada uno de los municipios de la provincia y a la elaboración de los respectivos Planes Municipales de Alfabetización.

Por su parte, las Juntas Municipales de Alfabetización son instancias creadas en cada municipio del país para la promoción, articulación y ejecución del Plan Nacional de Alfabetización a nivel local. Contarán con el apoyo de la Junta Provincial y las orientaciones del Equipo Técnico Nacional del Plan. Tienen bajo su responsabilidad el diseño e implantación del Plan Municipal de Alfabetización donde se recogen las acciones a ejecutar durante los dos años que dura el programa. También debe impulsar y apoyar la conformación de los Proyectos Locales de Alfabetización para que los Núcleos de Aprendizajes se consoliden y funcionen articuladamente. 

Para la conformación, instalación y juramentación de ambas instancias se organiza una Asamblea de todas las instituciones y organizaciones que interactúan en los entes territoriales para elegir libre y democráticamente a los representantes de las organizaciones ante las Juntas.

La Juta Provincial de Alfabetización está integrada, además del Senador/as de la República quien la preside, las gobernaciones provinciales, el alcalde o alcaldesa del municipio capital de provincia que representa a sus iguales, y los diputados al congreso nacional de la provincia. También el gobernador/a provincial, representaciones de las iglesias, las universidades, las organizaciones no gubernamentales, las organizaciones empresariales.

También se incorpora a la Asociación Dominicana de Profesores, las direcciones regionales del Ministerio de Educación, las Asociaciones de Colegios Privados y representaciones de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. 
 
El mismo esquema se repite aunque con ligeras modificaciones, para la conformación de las Juntas Municipales. El procedimiento de elección es el mismo, se convocan a las organizaciones e instituciones y en Asambleas se escogen sus representantes ante la instancia municipal. El alcalde o alcaldesa del municipio preside y se suman los directores de los Distritos Municipales que pertenecen al municipio.

También se agregan representaciones de la Red Nacional de Alfabetización, las asociaciones de estudiante universitario existente, así como cualquier otro ente que pueda aportar a los trabajos que emprenda la Junta, previa autorización del Equipo Técnico Nacional. 

Completan la estructura organizativa los Proyectos Locales e Institucionales y los Núcleos de Alfabetización. Es en éste nivel donde se da el proceso de alfabetización, ya que esta estructura abarca tanto a los alfabetizando como a los alfabetizadora. Es aquí donde se desarrolla y culmina el trabajo de las instancias de coordinación y articulación. El esfuerzo de las instancias antes mencionada se concreta en estos dos entes. Son los espacios operativos donde ejecuta el proceso y se concretan los resultados. De ahí su importancia.

Los Núcleos de Aprendizaje son los espacios donde se organizan los alfabetizando, es ahí donde se produce el proceso de intercambio de experiencias entre el alfabetizador y el alfabetizando. Son grupos por 10 o 15 personas cada grupo que tendrá una persona que alfabetizará y recibirán apoyo del Coordinador Municipal y de los Animadores de Núcleos. Este último podrá tener varios núcleos bajo su responsabilidad, ya que es contratado a tiempo completo. 

El alfabetizador o alfabetizadora tendrá un núcleo y es voluntario/a. Es un ente clave en el proceso ya que tiene la responsabilidad de conducir el proceso en su núcleo, generando empatía y compromiso entre sus integrantes. Recibirá un incentivo básico. Así que el perfil debe corresponderse con la delicada función que le toca desempeñar.Tanto las Juntas Provinciales como las Municipales cuentan con sendos coordinadores que apoyarán sus iniciativas, darán seguimiento a las acciones y planes que se desarrollan en los territorios.

Encontrarse y compartir con el pueblo y sus organizaciones en este esfuerzo es una experiencia inolvidable. Ver como se integran entusiastas a este esfuerzo, multiplicando el deseo de trabajo colectivo y potenciando sus energías para ayudar a quienes requieren de apoyo en esta fase.

A diferencia de iniciativas anteriores, ésta ha logrado movilizar e incorporar a una gran variedad de entes como forma de articular y ejecutar el Plan Nacional de Alfabetización, de tal forma, que se logren los objetivos antes del plazo propuesto. Hay que recordar que el Plan es parte de la estrategia Quisqueya sin Miseria que aplica el actual gobierno para combatir la pobreza y la exclusión en el país.

Se sabe que causas del analfabetismo son diversas, el Estado tiene que asumirlas con la prestancia que el caso amerita y erradicarlas. Las consecuencias impactan en el desenvolvimiento de la sociedad en sentido general. De ahí que la acción colectiva apoyada en las capacidades y experiencias de las organizaciones sociales y las instituciones públicas es la plataforma ideal para erradicar el analfabetismo de la sociedad dominicana. 

Es momento de acción, ya que las estructuras creadas permiten la incorporación de todos los actores que se interesen en accionar a favor del Plan. Quién quede fuera de esta iniciativa tendrá problemas para explicar las razones a la población, trátese de un líder social, político o religioso.

El desafío es grande pero la causa que nos convoca es una cuestión de justicia por lo que participar en este esfuerzo es una oportunidad para legitimar el liderazgo político y social. Es un espacio donde caben todos y todas quienes de una forma u otra se empeñan en dejar su huella mientras transitan por esta mundo.