jueves, 22 de julio de 2010

CLARO QUE NOS OPONEMOS AL CAMBIO DE NOMBRE

“Las manos trabajadoras de este pueblo están encallecidas y sudorosas y no son gentes que piden, sino, por el contrario que trabajan desesperadamente para sobrevivir”. Padre Luís Quín

Claro que nos oponemos al cambio de nombre del municipio o a la provincia de San José de Ocoa. No al reconocimiento de los méritos legítimos y bien ganados del Padre Quín sino a las pretensiones aventureras de quienes pretenden borrar de un rayazo la memoria toponímica del heroico municipio sureño. Además de que se están violando varias normativas, incluyendo la Constitución de la República, y se le está faltando el respeto al pueblo ocoeño y a la propia memoria del Padre Quín que pretenden enaltecer.

Esa no es la mejor forma de reconocer el trabajo y la dedicación de este titán. El pueblo lo lleva muy adentro y le agradece eternamente por sus grandes aportes al desarrollo de la provincia. Así lo ha testimoniado siempre. Pero de ahí a aceptar un cambio de nombre para alimentar los caprichos de intereses foráneas es demasiado.

San José de Ocoa era puesto desde el 1854 perteneciente a la provincia de Santo Domingo y adscrita a la común de Baní, según establece la Ley 355 sobre Administración Provincial votada por el Congreso Nacional el 5 de septiembre de ese año. Dicha ley estaba fundamentada en la división territorial contemplada en la Constitución de 1844 que establecía en 5 provincias la división político-administrativa del país. Los puestos militares fueron creados estratégicamente para garantizar la seguridad e integridad del territorio nacional.

El 28 de diciembre de 1858 mediante la Ley 567, el presidente General Pedro Santana, crea la común de San José de Ocoa. El 2 de diciembre del mismo año es inaugurado formalmente el municipio, pero el ayuntamiento comienza a funcionar en 1866, su primer síndico fue Casimiro Pimentel. En 1895, fue transferido a la provincia de Azua. Cuando se creó en 1944 la provincia Peravia, San José de Ocoa pasó a ser municipio de esta provincia. Como se puede apreciar San José de Ocoa se ha hecho adulta con ese nombre y quedó coronado cuando en el año 2000 se crea la provincia del mismo nombre mediante la Ley 66-00 haciendo realidad una vieja aspiración de los ocoeños/as que hasta entonces había sido un municipio de la provincia Peravia.

Como afirma el periodista ocoeño, Luis Encarnación en su artículo del 20 de julio en Listín Diario ésta "debería ser idea, decisión y motivación de todos los ocoeños, sin distinción ni banderías, como elemental muestra de agradecimiento y reconocimiento colectivo al autor de la obra inmensa de la que hemos sido testigos." 

Eso, si estuviera en discusión el cambio de nombre, que no es el caso. Lo que hay que discutir, elaborar, coordinar e implantar es el Plan Integral de Desarrollo de San José de Ocoa para superar el lastre dejado por la falta de visión de quienes han dirigido las débiles instituciones ocoeñas incorporando a los actores sociales y a la ciudadanía en general a esta magna tarea.

El proyecto de ley fue remitido a la Cámara de Diputados luego de ser aprobado en el Senado, donde había sido introducido en el año 2007. Se ha anunciado que se hará una consulta luego de un rechazo generalizado de los munícipes a la iniciativa del senador Pedro Alegría, ya que para la elaboración del proyecto no se cumplieron los requisitos legales que conllevan consultas a la ciudadanía, así como estudios previos que justifiquen el cambio de nombre. Si se consultara al pueblo para cumplir con las formalidades normativas igualmente se le diría que no. El propio Quín se opondría desde su morada celestial. Este nombre implica para los hijos/as del Maniel una síntesis grata de su existencia. En él confluyen nuestro legado aborigen y la herencia de fe católica.

Sin duda que la propuesta de cambio de nombre es improcedente e inoportuna, ya que no aporta en nada al desarrollo del municipio, salvo que no sea trastornar la tranquilidad de los ocoeños/as. Rechacemos las propuestas y busquemos otras opciones más enaltecedoras y menos oportunistas. Paremos el odioso culto a la personalidad que se ha impuesto en el país. Imitemos las buenas acciones y los ejemplos testimoniales de buen vivir para convertirlos en nuestros referentes pero honrémosles con el trabajo no con la apariencia.

Conservemos el orgulloso gentilicio preservando también su base jurídica. Pensemos en la memoria de nuestros antepasados, defendamos nuestra herencia cultural, el fundamento de nuestras raíces como pueblo y mantengamos en alto el digno nombre que llevaron las huestes ocoeñas en las gestas patrióticas que les tocó librar durante las luchas de consolidación de la Independencia Nacional iniciada en 1838 con la creación de la Sociedad Secreta la Trinitaria.

La historia es, ha sido y será siempre el referente idóneo para mirar las huellas de quienes nos antecedieron. Defender al pueblo y sus valores como lo defendió siempre el abnegado sacerdote que nos dignó con su grata y fructífera presencia, estableciéndose en nuestras tierras para acompañar al pueblo en la ardua lucha la tierra, por la protección de los recursos naturales, contra el analfabetismo, el aislamiento, contra la desigualdad, la exclusión, la injusticia y la represión. Emulemos su entrega al trabajo, su opción por los pobres, marginados y excluidos pero no le adulemos.

Respetemos y reverenciemos la memoria del Guayacán, así como la de todos los hijos e hijas de San José de Ocoa que han trabajado y luchado por la libertad, la igualdad y el desarrollo integral de la patria chica, del país y del mundo. Reivindiquemos la memoria histórica y reconstruyamos la historia a partir de rico legado que nos dejaron los aborígenes, los cimarrones, los patriotas y revolucionarios, así como a la gente humilde del pueblo y con ellos habremos honrado la memoria de los buenos hijos del antiguo Maniel, incluyendo al Padre Quín.

¡OCOAAAAA SIEMPREEEEE!
Fabián Díaz Casado. 22 de julio del 2010.

lunes, 5 de julio de 2010

LAS LECCIONES DE NOEL

"Por aquí pasó David arrazando como un toro/Por aquí pasó de un modo que nos dejó sin ambiente/No se llevó la gente por que Díos metió su mano/Los enemigos por capricho se abrazaban como hermano". Esmérido Macea.

La República Dominicana, por su ubicación en el mismo centro del Continente Americano tiene una posición privilegiada, no sólo para el comercio o como punto estratégico de la geopolítica mundial, sino también para el paso de las Tormentas, Ciclones Tropicales y los Huracanes, que trae la Temporada Ciclónica, que se inicia en Junio y concluye en Noviembre, de cada año.

Es difícil entender, como en pleno Siglo XXI, el Estado no disponga de planes que se activen automáticamente en el período antes mencionados, como única forma de mitigar la estela de muerte y destrucción que generan los fenómenos naturales en la empobrecida Quisqueya.

Es evidente, que no estamos preparados para enfrentarnos a situaciones como la generada por la Tormenta Tropical Noel y que carecemos de los planes preventivos y contingencia, incluyendo un moderno sistema de alerta temprana, aprovechando el cacareado desarrollo de las tecnologías de la comunicación y la información.

Hay que crear la infraestructura necesaria para adherirse a los sistemas orbitales de radares y satélites así como las capacidades humanas que garanticen el derecho a la vida, a todos los ciudadanos en igualdad de condiciones, esto tiene que estar asociado obligatoriamente a un amplio programa habitacional, que haga realidad el derecho a una vivienda digna y segura.

Igualmente el Estado y sus funcionarios, ya sean los del gobierno central o los municipales tienen que ir mas allá del discurso y trabajar para regular las construcción en las márgenes de los ríos, los arroyos y las cañadas o cualquier otro lugar que ponga el peligro la seguridad y la vida de la gente.

El Sistema de de Información Prevención y Alerta Temprana tiene que estar acompañado, además de los aspecto antes mencionados, de un amplio programa de orientación para sensibilizar a la población sobre las amenazas que nos acechan en cada temporada ciclónica o ante cualquier otro evento, tal y como establece el artículo 19 de la Ley 147-02 sobre Gestión de Riesgos.

Cabe destacar que la referida Ley contempla una serie de instancias que ameritan su instauración inmediata, ya que es uno de los instrumentos que nos permitiría enfrentarnos planificadamente a cualquier emergencia, ya que ella prevé mucho de los mecanismos de prevención, mitigación y gestión de riesgo pero sobre, establece las funciones, coordinación de los y niveles de los organismos, ya sean nacionales, regionales, provinciales o municipales.

Los municipios como entes territoriales y los ayuntamientos como sus instituciones tienen que asumir con responsabilidad y decisión las labores de protección civil. Se deben preparar para tales eventualidades e incluir en los presupuestos los recursos necesarios para enfrentarse a las inclemencias. Además de aplicar las regulaciones necesarias para evitar la urbanización de de las zonas de riegos. Esto sumado a las acciones del gobierno central y la sociedad civil pueden disminuir las devastaciones que causan los fenómenos naturales.

El Estado y el gobierno deben esforzarse por elevar la eficiencia de los organismos preventivos y de seguridad civil y acabar con la cultura clientelista en esas entidades, ya que son las responsables de proteger y socorrer a la población en estas contingencias. Prevenir siempre es menos doloroso y costoso que construir, hagamos de esta una consigna para garantizar los derechos mínimos consignados en el artículo 8 de la Constitución de la República.

Los fenómenos naturales no discriminan para matar y destruir, pero evidentemente que los pobres y excluidos son quienes llevan la peor parte, pagan con su vida el castigo a que los someten quienes les obligan a vivir en la marginalidad, conformando los denominados cinturones de miserias, en las afueras de las ciudades.

No podemos asumir una actitud indiferente ante la desgracia que nos afecta en estos momentos pero tenemos que prepararnos para enfrentar situaciones peores sino nos preparamos adecuadamente para enfrentarnos a las inclemencias, ya que las políticas excluyentes de los modelos económicos impuesto los países desarrollados generan e incrementan la pobreza.

Hoy las poblaciones rurales padecen grandes penurias en la República Dominicana, ya que no cuentan vías de acceso adecuada, vivienda o protección para desarrollarse adecuadamente, lo que los lleva emigrar a los centros urbanos, donde en el mejor de los casos pasan de productores agrícolas a motoconchos a jornaleros, incrementando la demanda de servicios básicos.

Los esfuerzos realizados no son suficientes y se requiere de un cambio de visión, tanto del sector estatal como del empresariado para prevenir y enfrentar las contingencias. Evitemos que agarren asando batatas, como nos tomaron, David, Federico, Georges, Dean, Olga o Noel por sólo poner algunos ejemplos.

Es tiempo de reflexión y análisis. Debemos aprender de los errores para poder estructurar un sistema de respuesta adecuadas a las adversidades que nos depara la vida, especialmente a quienes estamos ubicados en el mismo trayecto del Sol como dijo el Poeta Nacional.

Gobernantes y gobernados, funcionarios y gerentes, administradores y personal de apoyo tienen que hacer de la vocación una virtud y del compromiso social una consigna. No podemos desaprovechar la oportunidad de superarnos a nosotros mismos.

Asumamos con valentía el reto que nos ha impuesto Noel y trabajemos para recuperar las confianzas individuales y en nuestras instituciones, sin perder la capacidad crítica y autocrítica que debe ser el norte de quienes aspiran a vivir en una sociedad ecológicamente habitable, donde la justicia sea la norma y no la excepción.

Fabián Díaz Casado.
13 de Diciembre del año 2007.

SIEMPRE SAN JOSÉ DE OCOA

"La historia es el camino de los pueblos y sus hechos las enseñanzas de los hombres". 

La provincia de San José de Ocoa ha tenido una evolución jurídica que no ha variado su denominación desde la fecha de su fundación como común cabecera, o villa desde la independencia hasta ser coronada como Provincia, mediante Ley 166-00 en el año 2000.

A pesar de que al momento de la elevación a provincia hubo quienes se atrevieran a promover y hasta proponer un cambio de nombre recibiendo de inmediato el rechazo de quienes se oponen al irrespeto de los usos y costumbre de los pueblos, ahora pretenden aprovecharse de la merecida despedida dada por los moradores de esta abnegada provincia para consumar su ominoso e inoportuno reconocimiento a quien en vida lo rechazó con toda la firmeza que le caracterizó.

He visto con preocupación los aprestos de los legisladores ocoeños, quienes han sometido sendos Anteproyectos de leyes con la pretensión de sustituir el legendario nombre del municipio o la provincia por el del destacado religioso Luís José Quín, cariñosamente conocido con el sobrenombre de “Guayacán”, en comparación de su férrea voluntad con la de un árbol de recia madera que crece en la parte baja del municipio.

La Constitución de la República en su artículo 93, literal otorga al Congreso Nacional la capacidad de: “Crear o suprimir provincias municipios u otras divisiones del territorio y determinar todo lo concerniente a sus límites y organización por el procedimiento regulado en esta Constitución y previo estudio que demuestre la conveniencia social, política y económica justificativa de la modificación”. No se conoce ningún estudio que justifique las pretensiones de cambio de denominación del municipio ni mucho menos de la provincia, que además está reglamentado por la Ley No. 49 del 9 de noviembre de 1966, “que regula la designación de nombres a monumentos, lugares, calles u otros, si la persona está viva o dentro de los diez años de su fallecimiento, se requerirá una Ley. Así mismo, los ayuntamientos tendrán la facultad de designar los nombres de los parajes, a condición de ser sometidas al Congreso Nacional para su aprobación”. 

Tanto la Constitución como la Ley son claras y no dan lugar a interpretaciones: si no se han realizado las consultas a la población el cambio sería ilegal e ilegítimo. La establece que si la persona con cuyo nombre se pretende designar cualquier lugar, monumento o calle está viva puede autorizarlo, ahora bien en el caso que nos ocupa, la persona ha fallecido, por tanto, hay que esperar 10 años para poder hacer uso de su nombre. Eso dice la Ley, ahora bien, se sabe que la misma ha sido violada constantemente ante la mirada indiferente de quienes deben velar por su aplicación y hasta por desconocimiento diría yo, ya que es poco mencionada.

Es oportuno, aclarar que el fenecido sacerdote hizo grandes aportes a la provincia y que es merecedor del más digno respeto por su consagración como defensor de los excluidos y desheredados de la fortuna, ya que sirve de ejemplo en ciertos aspectos, a quienes no creen en la capacidad transformadora de las organizaciones sociales y comunitarias para convertirse en actores autodirigidos en el complejo escenario del desarrollo local.

El padre Quín desarrolló en San José de Ocoa su una visión desarrollista, ejerciendo un sacerdocio aproximado a la línea del Padre Arturo, fusilado en 1965 y quien creó las bases para el acercamiento de los asuntos de fe a las necesidades de la gente, corriendo el riesgo en muchos casos de chocar con los roles que están conferidos a las instituciones públicas, ya sean municipales, provinciales o nacionales. A Quín le tocó la misma suerte, tanto así que fue expulsado y reinstalado en su parroquia por la presión que ejercieron los hijos del El Maniel.

Por tanto, si se pretende que el pensamiento y la obra de una persona sólo se recuerdan designando un determinado lugar con su nombre empecemos por bautizar a la Parroquia con el nombre de Luís José Quín y como esto funciona con el Concordato de 1954 creo que respetaríamos la Ley antes mencionadas y no utilizaríamos la memoria del Padre, con sus restos aún caliente para permitir la violación de una Ley.

Se pueden hacer muchas cosas cuando haya transcurrido el tiempo establecido en la legislación: monumentos, parques, calles, barrios, comunidades, edificaciones, escuelas, centros comunales o cualquier otra simbolización; pero nada honraría mejor la memoria del “Guayacán” que el trabajo unido de los ocoeños para superar las precarias condiciones en que viven miles de habitantes en nuestra provincia ¡Atrevámonos a imitar las buenas enseñanzas del Padre Luís José Quin!

domingo, 4 de julio de 2010

¿QUIEN RESPONDE?

"El desarrollo sólo se logra con el trabajo y la unidad de todos los integrantes de la comunidad ocoeña y para lograrlo es necsario elaborar un plan que recoja las urgencias y plantee soluciones".

Ley No. 151-04, de fecha 5 de abril del 2004, declara la Provincia de San José de Ocoa, “Provincia Ecoturística”, creando así la posibilidad del establecimiento de un plan integral de desarrollo ecoturístico que permita el diseño e implantación de un Plan Estratégico que garantice la participación de la ciudadanía tanto en los beneficios de esta actividad como en la protección de los Recursos Naturales y el Medio Ambiente.

Es indiscutible el gran potencial de la provincia para el desarrollo de un turismo ecológicamente sostenible en los municipios que integran la provincia, así como la necesidad de implantar planes que contribuyan a generar empleos de calidad y potencien el desarrollo integral de la creciente población ocoeña.

La referida legislación asigna 1millón de pesos mensuales, a partir del presupuesto del 2005 que sería administrado por el Consejo de Desarrollo Ecoturístico de la Provincia de San José de Ocoa, creado mediante Decreto 184-05 emitido por el Poder Ejecutivo en fecha del año 2005.

A pesar de que en el referido Decreto se establece con bastante claridad, los integrantes, las funciones, los fines y los propósitos, así como los procedimiento para institucionalizar y operativizar dicho Consejo, sus integrantes no se han puesto de acuerdo por razones aparentemente políticas, permitiendo que la joven provincia haya perdido hasta la fecha, la suma de 48 millones de pesos, una cifra nada despreciable, en un pueblo con tantas limitaciones como San José de Ocoa.

No hay justificación que explique la infuncionalidad de este mecanismo indispensable en la fase de diseño e implantación de los programas y proyectos que deben servir de soporte a la articulación y coordinación los esfuerzos estatales orientados a paliar los diversos males que afectan a todos los sectores de la provincia.

Según lo dispuesto en el artículo 2 del referido decreto.- El Consejo de Desarrollo Ecoturístico de la Provincia de San José de Ocoa (CODEPROSJO), estará compuesto de la manera siguiente:

1. Párroco Padre Luis José Quin, Presidente;(EPD)
2. Lic. José Batista, Director Ejecutivo;
3. Lic. Abraham Martínez, Gobernador Provincial;
4. Señor Pedro Alegría, Senador;
5. Dr. Gory Segura, Diputado;
6. Lic. Alexis Mateo, Síndico;
7. Ing. José Ramírez, Encargado de Medio Ambiente;
8. Señor Danilo Tejada, Encargado de Turismo;
9. Dr. Ricardo Velásquez, Encargado de Fundeco;
10. Señor Eddy Peña, Representante del Club Rotario;
11. Capitán Tagaris Cabrera Cuello, Representante del Ejército Nacional;
12. Señor Calé González, Encargado Empresarial;
13. Ing. Vinicio Pujols, Encargado de Agricultura, y;
14. Ing. Vianelo Pujols, Representante del CODIA.

Resulta inexplicable y llama a preocupación la actitud de quienes fueron designados para establecer las bases que permitan el arranque del Ecoturismo en San José de Ocoa no hayan logrado ponerse de acuerdo permitiendo que la provincia pierda los recursos y la oportunidad de disfrutar de las facilidades e incentivos dispuestos por el Estado para el fomento y desarrollo de este importante renglón de la economía dominicana. Debieron anteponer las posiciones egoistas, personalistas, radicalizadas, mezquinas e inoportunas.

Unos y otros tendrán sus razones pero ninguna puede justificar la colocación de los intereses individuales por encimas del interés general. Alguien debe responder por esta irresponsabilidad que le ha costado millones pesos a una provincia empobrecida, abandonada a su suerte y que sólo cuenta con el esfuerzo de sus hijos e hijas para salir de la penosa situación de pobreza en que la han sumido las políticas aplicadas por quienes la han desgobernado.

Esta es una muestra de falta de visión y de la necesidad de renovar, no sólo el liderazgo político sino también el liderazgo social y comunitario. Es una muestra de lo mucho que hemos retrocedido. Reflexionemos compueblanos, rompamos las cadenas que nos atan al individualismo improductivo y unamos fuerzas para salir del yugo oprobioso del analfabetismo político que nos empuja hacia el abismo.

Esta situación debe superarse cuanto antes y quienes tienen la responsabilidad de esclarecerla, tienen que garantizar y evitar por todos los medios la repetición de esta terca, desmotivadora, preocupante y penosa demostración de incapacidad organizativa.

En estos tiempos, en pleno siglo XXI resultan incomprensibles tales comportamientos, ya que a pesar de haberse realizado ingentes esfuerzos para conseguir la aprobación de la Ley, una vez logrado ese primer paso no se han podido concretar los procedimientos por falta de coordinación, desinterés o negligencia de los miembros del Consejo, a pesar de lo bien equilibrado que luce política y socialmente.

Mas que lamentable, esta es un muestra mas de lo poco que se logra cuando los pueblos se clientelizan y sus dirigentes se atrincheran en posiciones que poco tienen que ver con el interés de los gobernado, sumado al pobre papel desempeñados por los grupos de presión y las organizaciones sociales de la provincia.

Paremos esto y cerremos para siempre las puertas del individualismo, retomemos la senda del diálogo constructivo, la negociación, el consenso y la concertación de los asuntos que nos hacen crecer como pueblo, colectivicemos las decisiones, demostremos orgullosamente nuestro ocoeñismo, somos de una tierra que se crece en los momentos difíciles, colocándose siempre muy por encima de las circunstancias adversas que le ha tocado enfrentar.

Fabián Díaz Casado
Marzo 25 de marzo de 2008

OCOA: BUSCANDO LA SENDA DE LA ESPERANZA.


"Vivir sin Patria es lo mismo que vivir sin honor. Juan Pablo Duarte.

La provincia de San José de Ocoa, creada mediante Ley 66-00, promulgada el 06 de septiembre del año 2000, por el Poder Ejecutivo, comprende el municipio cabecera de San José de Ocoa, Sabana Larga y Rancho Arriba; así como los Distritos Municipales de la Ciénaga, El Naranjal, Nizao-Las Auyamanas y El Pinar, así como siete secciones y 132 parajes. Es un pueblo que transita por los caminos de la esperanza y con plena conciencia de sus responsabilidades en un mundo, donde se acentúan y se profundizan cada vez más las desigualdades sociales, la iniquidad, la marginación, el hambre, la exclusión y la marginación social.

Este pueblo, integrado por hombres y mujeres que luchan día a día por un mañana mejor. Teniendo el trabajo y la superación como entes fundamentales de la realización humana, conjuntamente con la solidaridad y la hospitalidad de su gente, son sólo algunas muestras de las prendas que exhiben los ocoeños y ocoeñas, quienes no desmayan en su empeño de ver realizado el sueño de la Justicia Social, por el que muchos de sus hijos e hijas han entregado sus vidas.

Ocoa, que conjuntamente con las provincias de San Cristóbal, Monte Plata y Peravia, conforman la Región Valdesia, de acuerdo al Decreto 685-00, emitido por el Poder Ejecutivo. Hoy la joven provincia presenta un panorama preocupante, la falta de apoyo a los proyectos de desarrollo, el analfabetismo, la deficiencia en los servicios básicos, la falta de oportunidades de superación para la creciente juventud, la inexistencia de fuentes de empleo, la negligencia de las autoridades y el clientelismo político son aspectos, que por lo visto impiden el desarrollo armónico de San José de Ocoa.

Estos males generan como es lógico, un descontento en los pobladores que se manifiesta en la apatía por las actividades políticas, y los partidos dejan de ser los entes aglutinadores por excelencia y pasan a un segundo plano, ya que la gente busca otras formas de organización más democráticas y menos corrompida. Por eso hoy emerge un liderazgo renovado y joven, que buscan encausar las aspiraciones de la sociedad desde una perspectiva distinta a lo que tradicionalmente se ha visto.

Los pasos en esa dirección exigen que los nuevos líderes, busquen el apoyo de las organizaciones sociales, donde el trabajo constituye la forma de ascenso y no el amiguismo, el compadrazgo, la componenda y el tráfico de influencias, como es la costumbre en la partidocracia tradicional que nos ha desgobernado a lo largo de nuestra historia republicana y que hoy está sumida en profundas divisiones, que tienen su origen en muchos casos, en la resistencia a los cambios y a las transformaciones de las estructuras anacrónicas y obsoletas por parte de los burócratas de los Partidos.

Este pueblo digno de mejor suerte, olvidado por unos y por otros, pero indoblegable ante los desafíos que le plantean las circunstancias. Hoy en pleno siglo XXI no puede pensarse en ser miembro de un partido político, únicamente por razones hereditarias, hay que mirar hacia adelante y crear nuevas formas de representación política con base y apoyo social, con una convicción transformadora, liberadora, participativa y genuinamente democrática, sólo así podremos transformar las ideas en hechos concretos, que contribuyan a la superación de los males que aquejan a esta laboriosa provincia.

El abandono del campo por parte de sus legítimos dueños, empujados por la falta de créditos, asesoría, servicios básicos (salud, escuela, acueducto, caminos vecinales, medios de transportes adecuados, falta de fuentes de empleo y oportunidades, planes de vivienda, instalaciones deportivas y la inexistencia de planes de Reforma Agraria funcionales, etc.), sumado a la concentración de las mejores tierras en manos de los poderosos, tanto dominicanos como extranjeros, constituye una retranca para el desarrollo de la provincia.

A las comunidades rurales los políticos sólo van a buscar el apoyo para llegar al poder, pero jamás se les ve cuando consiguen ser funcionarios. Esos políticos, conjuntamente con los partidos que los postulan, hay que erradicarlos de las mentes de todo aquel o aquella que quiera poner un granito de arena en la construcción de una sociedad verdaderamente justa, equitativa, renovadora. Instituir una forma nueva de hacer y actuar en política, colocándonos al alcance de los más necesitados para promover y apoyar las acciones de las organizaciones sociales, ecológicas, estudiantiles, campesinas que en los pueblos luchan por avanzar hacia condiciones de vida más humana y solidaria.

Este pueblo es el orgullo de los que en él nacimos. Aquellos que inspirados en el patriotismo, la lucha y el ejemplo de esos hombres y mujeres que han luchado y luchan, para que como dice Juan Luis Guerra: “Ojalá que llueva café en el campo” y “ que caiga una lluvia de berro y miel, para que en el conuco no se sufra tanto y todos los niños canten en el campo”. Es de esperar que Ocoa, como el resto del país sacudirá el yugo que les oprime y pondrá fin al suplicio al que lo han sometido, los falsos profetas y los mal llamados políticos, que no han hecho otra cosa que desacreditar con sus acciones, la esencia de la verdadera Política o ciencia del Poder.

Fabián Díaz Casado.
(Reeditado)